El Museo del Traje rinde homenaje al color rosa
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El Museo del Traje rinde homenaje a uno de los colores más controvertidos de la historia, el rosa, en La vie en rose, una exposición que repasa la utilización de este tono en la industria textil desde el siglo XVIII hasta nuestros días.
"Hay muchos rosas, tantos como momentos de la historia", ha dicho Lucina Llorente comisaria de la muestra junto a Juan Gutiérrez, quienes aseguran que "hay que examinar la historia para descubrir que el rosa es un color unisex".
La muestra comienza en el Rococó, una época en la que el rosa "era utilizado por mujeres y hombres que vestían con los mismos tejidos", explica Llorente al tiempo que recuerda la estética de María Antonieta.
Frente al rosa pastel aristocrático del período Rococó, en el Neoclasicismo se instala un nuevo tono más oscuro y con pinceladas irisadas de cierta sutileza.
En el Romanticismo, el hombre burgués se desprende del rosa y reduce su uso a chalecos y corbatas. Sin embargo, "la mujer apuesta por el rosa pastel, empolvados, dulce y angelical", añade Gutiérrez.
En la Belle Époque la indumentaria femenina recorre toda la gama rosa que aporta la industria que, al aplicarla a los nuevos materiales como se ve en un mono plisado del diseñador Fortuny, "una pieza que es un experimento de su mítico vestido Delphos", detalla Llorente.
En el periodo de entreguerras, la diseñadora Elsa Schiaparelli llevaba a la moda el "shocking pink", con el que comienza la historia del rosa como color provocador.
En los años 50, el color rosa es "símbolo de la feminidad", apunta Llorente, quien recuerda que fue Nettie Rosenstein, esposa del presidente de Estados Unidos, Eisenhower, quien abanderó esta tendencia.
Una época en la Dior, Balenciaga y la mayoría de los creadores de la alta costura exploraban el color, "que en manos de Marilyn Monroe o Jayne Manseld adquiría la dimensión erótica", añaden los comisarios de la muestra.
En la exposición se ve como en la década de los 60, el rosa es el color de moda, esta presente en prendas de alta costura de Chanel, Yves Saint Laurent y en el consumo de masas, "nace el rosa más comercial", asegura Gutiérrez, quien añade que a partir de ese momento, "el rosa se asocia a lo barato, a lo frívolo".
En los 70 este color comienza su relación con lo erótico y la sensualidad. La diseñadora Vivienne Westwood lo introduce en el movimiento punk.
En los ochenta, el rosa se populariza. Los metrosexuales de los noventa, las estrellas del pop como Bowie a Pharrell Williams lo incorporan a su guardarropa sin perjuicios.
En la muestra La vie en rose, que estará abierta al público desde mañana hasta el 3 de marzo de 2019, se puede ver el rosa en prendas históricas de diseñadores como Madrazo, Givenchy, Elio Berhnayer, Balenciaga, Manolo Blahnik o Loewe.