Más de 4.500 artesanos trabajan a diario con suma destreza y delicadeza en la confección de bolsos, vajillas, corbatas, relojes y joyas para la prestigiosa casa de moda francesa Hermès, técnicas que ahora desvelan en Roma en una exposición insólita que muestra al público cómo se crea el lujo. La firma parisina fundada en 1837 ha elegido como título Dietro le quinte -Entre bambalinas- para llevar parte de sus talleres a la capital italiana por unos días, hasta el próximo 16 de marzo, en un lugar privilegiado como es el Museo arqueológico del Ara Pacis.
Hermès abre sus bastidores e invita a los amantes de la moda a conocer cómo trabajan diez de sus artesanos en la fabricación de bolsos, guantes, fulares, corbatas, joyas y hasta sillas de jinete. Aude reproduce con extrema precisión una serie de flores en un plato de delicada porcelana, realizada en la ciudad de Limoges, y explica a los visitantes cómo ha pintado a mano cada uno de los platos, bandejas y jarrones que exhibe para la ocasión.
Es el caso de la colección formada exclusivamente por 24 platos de distinto tamaño, decorados con una imagen de un tigre en tonalidades azules en porcelana de altísima calidad, tal y como asegura a los asistentes, mientras acerca cada una de las piezas a lámparas para demostrar cómo la luz traspasa la materia. Para dar vida a cada una de sus excepcionales creaciones dedica cerca de un mes, con un total de 80 horas de trabajo, y utiliza pigmentos naturales, en polvo, que mezcla con aceite de trementina. El primer diseño de cada una de sus piezas lo hace con un lápiz de mina grasa y, una vez creada la plantilla, utiliza una técnica de repetición para reproducir con gran velocidad los diseños. Aude advierte a los visitantes de que no todas las vajillas de Hermès están pintadas a mano, sino solo las piezas más exclusivas. El relojero es Cesare Monticelli y cada día trabaja con gran meticulosidad y perseverancia para marcar el ritmo de las horas y montar inteligentes rompecabezas mecánicos, llenos de tornillos, engranajes, ruedas y piñones.
Ahora, presta sus lentes de aumento al público para que vean "el corazón" de los relojes y les indica cómo se montan y se desmontan, unas labores que necesitan de mucha paciencia y concentración. Uno de los grandes atractivos del recorrido es el espacio dedicado a la estampación de fulares y corbatas. En una larga mesa, el artesano coloca un gran rollo de seda y sobre él distintas placas metálicas con las que va estampando los distintos colores que compondrán la pieza.
Cada marco de acero tiene su propio grabado en mallas de gasa y el artesano derrama sobre ellos los distintos colores para después extenderlos minuciosamente con ayuda de planchas de caucho. El gerente de comunicaciones de la seda de Hermès, Kamel Hamadou, ilustra a los curiosos y les indica que esta técnica se denomina de "pintura plana" o "imagen en Lyon" porque fue la que utilizó Hermés cuando confeccionó su primer pañuelo en 1937, en esta ciudad francesa.
Terminada la impresión, cada uno de los pañuelos pasa después un proceso de lavado, secado, cortado y cosido de costuras, antes de ser vendido al consumidor final. Hamadou confiesa que todos los artesanos que trabajan en Hermès se forman en la "maison", con tutores con más de 30 años de experiencia, y requieren tres años de formación para estampar en seda, un año en cashmere y otro en tejidos de muselina.
En un espacio de unos 1.000 metros cuadrados, los artesanos trabajan, responden a las preguntas del público y revelan, por ejemplo, cómo cosen el cuero de los bolsos, con unas pinzas de madera que mantienen apretadas entre los muslos, o cómo hilan las costuras de las corbatas, de forma longitudinal, empezando por el extremo más ancho de la tira hasta terminar por el más estrecho. También colocan cuidadosamente y con ayuda de lentes de aumento y un buril cada uno de los zafiros, rubíes, esmeraldas, diamantes y demás piedras preciosas que componen las joyas.
Desde el nacimiento de Hermès seis generaciones de artesanos emprendedores y apasionados han contribuido a la difusión de sus valores. Actualmente cuenta con una plantilla de más de 13.000 empleados, de ellos unos 4.500 son artesanos, y está dirigida por Axel Dumas, mientras que el director artístico y vicepresidente es Pierre-Alexis Dumas.
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