Ciertos hongos o afecciones específicas de la piel se encuentran entre las principales causas por las que en ocasiones nuestras uñas se tornan escamadas y quebradizas.
Este problema también puede deberse al contacto frecuente y sin protección con productos químicos de limpieza como lejías, ácidos o detergentes, que propician la aparición de pequeñas alteraciones en la forma, color, textura y superficie de la uña. ¿El resultado? Unas uñas frágiles, al borde de la rotura por su escasa fuerza y elasticidad.
Pero todo tiene solución y EL ESTILO te hace una recopilación de algunos cuidados a los que puedes recurrir para solucionarlo y una serie de consejos prácticos para evitar que vuelva este problema.
"Es importante visitar al dermatólogo para que dictamine un diagnóstico preciso", ha explicado Dauri Jerez, manicurista de Twentynails Retiro, quien también ha planteado algunas claves: "Siempre hay que procurar que las uñas estén cortas y usar guantes cuando vayamos a tratar con sustancias agresivas y evitar ambientes con exceso de humedad".
A esto hay que añadir que se puede utilizar algunos productos que contribuyan a fortalecerlas: "La alimentación ayuda pero no es la panacea, aconsejo el aceite de oliva también aplicable en manos y pies, así como cosméticos efectivos que realmente refuercen nuestras uñas. Por ejemplo de bases de calcio y fortalecedores”.
Este cuidado también debe tenerse en cuenta cuando nos hagamos la manicura, momento en el que hay que recurrir a esmaltes de buena calidad para evitar que aparezcan las uñas escamadas: "Para las escamadas y abiertas, recomiendo un potente protector que evite que el esmalte salte antes de tiempo así como un top coat que lo fije", ha asegurado Elmis S. Pacheco, educadora de ORLY.
Esta profesional ha aconsejado, además, que "en el momento de tratarlas, debemos pulir con cuidado las uñas con un buffer e insistir en la zona que se vea más dañada, hidratando cutículas y las propias uñas cada día con un buen aceite que podemos colocar en la mesilla de noche para que no se nos olvide".
Andrés Martín, brand manager de ORLY, ha advertido también que en el caso de haber empezado algún tratamiento "hay que ser muy paciente con aquellos destinados a fortalecer y nutrir las uñas con calcio en gel, pues crecen de manera lenta, no más de dos milímetros en un mes, y tenerlas perfectas puede llevarnos un largo tiempo".
Maribi Arnedo, de la firma sudafricana Bio Sculpture, también tiene algunos consejos: "Masajear regularmente las cutículas y uñas con movimientos circulares para que estas crezcan de una manera sana y fuerte, o acudir de vez en cuando a que nos hagan envolturas hidratantes y nutritivas de manos y pies, sin olvidar que podemos hacer mucho si llenamos la nevera con grasas buenas como el salmón, las nueces o los aguacates, vitamina A que aportan los huevos, las zanahorias o las acelgas, y cómo no, el calcio de la leche, el brócoli, las espinacas o las almendras".
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