Los trucos de belleza suelen ser el secreto mejor guardado de hombres y mujeres que lucen un rostro terso y luminoso. Más allá de los retoques estéticos, existen diversas formas de mantener una tez radiante sin tener que acudir a la cirugía. Uno de esos métodos es el de los masajes faciales, concretamente el masaje Kobido.
Se trata de una técnica tradicional oriental que consiste en una serie de fluctuaciones entre movimientos rápidos y lentos para mejorar la circulación más profunda del rostro, el cuello, los hombros y la parte superior del pecho, utilizando únicamente las manos.
Un masaje Kobido completo dura aproximadamente 50 minutos, se caracteriza por la velocidad y destreza con las que se mueven las manos consiguiendo un efecto lifting inmediato y se divide en cuatro fases: la limpieza y el drenaje, preparando así la piel y eliminando las toxinas; estiramiento e iluminación, aplicando aceites naturales facilitando la fricción y el deslizamiento, elevando así la piel de la cara y devolviéndose su luminosidad; lifting japonés, aumentando la velocidad del masaje sin producir dolor y consiguiendo oxigenar y suavizar los surcos; combatir el estrés, en la fase final se presionan puntos de acupuntura para combatir el estrés.
El efecto es inmediato y en Japón se traduce como "el lifting sin cortar", ya que el resultado es el de estirar la cara pero de manera natural y manual. Entre sus beneficios también destacan el de combatir el estrés, aliviar las migrañas, evitar la rigidez facial, mejorar la circulación, disminuir problemas del sistema digestivo como el estreñimiento, reducir los efectos del bruxismo y favorecer la vista por el estímulo en las zonas cercanas de los ojos. Además de lucir una cara con vitalidad, tersa y brillante y convertirte en la envidia de todas tus amigas.
No se puede hablar de masaje Kobido sin mencionar a Carmen Navarro. Es una apasionada de las técnicas orientales y lleva más de 40 años dedicándose a la estética, por lo que ha introducido en nuestro país muchos métodos que hoy son imprescindible en cualquier centro. Uno de ellos es el masaje Kobido, dando con sus propias manos los primeros y mejores de España. Y sus técnicas y cualidades ha sabido transmitírselas a todas las terapeutas que trabajan en sus diferentes centros, siendo el último que ha abierto en Pozuelo (Madrid) un auténtico paraíso feng shui donde disfrutar de estos masajes orientales como en un verdadero onsen japonés.
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