"Dos veces a la semana, o mínimo una. Es la cantidad de veces en las que hay que exfoliarse para asegurar que retiramos bien las células muertas de nuestra piel, favoreciendo así una regeneración que permita limpiar los poros, afinarlos, unificar el tono y reducir las finas líneas".
Tras años oyendo este discurso, son cada vez más los que consiguen cumplir con esta rutina, implementándola en su protocolo de belleza casero. Ahora bien, ¿es adecuada? "A nuestra piel debemos hacerle un peeling continuado. Dependiendo del producto que usemos, podrá variar desde una vez en semana hasta la utilización diaria. Este proceso es necesario para potenciar la auto regeneración y mejorar muchos aspectos de la piel, así como ralentizar el envejecimiento", explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
¿Por qué es mejor no usarlos?
Esta hipótesis no solo la apoya esta experta, sino muchos más, pero siempre refiriéndose a peelings de tipo químico o enzimático, no a los mecánicos de tipo granulado. En relación a estos últimos, sostienen que, aunque a corto plazo el efecto sobre la piel es positivo, no lo es tanto a medio o largo. De hecho, Bella Hurtado, directora técnica de la firma Aromatherapy Associates, analiza que "cuando se usan exfoliantes mecánicos, es decir, que hacen el proceso de peeling por el propio juego de las manos contra la piel, hay que tener mucho cuidado. Lo primero que deberemos analizar es que sean de grano uniforme, evitando los de sales, arenas o azúcares, que pueden rasgar, literalmente, la piel. Son siempre mejores aquellos cuyos gránulos son esferas perfectas, lo que se consigue, por ejemplo, con los vegetales, pudiendo moldear granos sin aristas, como es el caso de los exfoliantes que cuentan con bambú o jojoba".
Por otra parte, hay firmas que desde hace años defienden la utilización de nuevas formas de exfoliación que resulten menos agresivas, como es el caso de Perricone MD. De hecho, su directora de educación, Raquel González, explica que "el doctor Nicholas Perricone fue de los primeros en afirmar que este tipo de peeling no deja de ser una agresión para el tejido. Es cierto que ayuda a eliminar las células muertas y a corto plazo mejora su aspecto, pero la fricción provoca una inflamación celular que el usuario no puede controlar", y es esa inflamación, según los expertos, una de las principales causas del envejecimiento, que es precisamente el efecto contrario a lo que se desea cuando uno se somete a una exfoliación. "Llevamos años analizando que la piel envejece a mayor velocidad cuando la inflamación de sus células se acelera, y esto ocurre por múltiples motivos: una mala alimentación rica en azúcares, estrés, o agresiones directas como son este tipo de peelings", concluye Raquel González.
Entonces, ¿qué productos usar y cómo hacerlo?
Dependiendo del tipo de piel que se tenga y del producto al que se acuda, los peelings no mecánicos se podrán usar diariamente o más espaciados en el tiempo, como comentaba la especialista de Omorovicza. "Hay ingredientes más agresivos y otros más suaves. Los peelings con enzimas de papaya, por ejemplo, tienen menor impacto para la piel, igual que aquellos que usan bajos niveles de ácidos mandélico o láctico. Cuando los niveles de los ácidos ascienden, no significará que no los debamos usar, sino que no deberemos acudir a ellos todos los días y esto vendrá siempre perfectamente indicado en las instrucciones de cada producto", añade Estefanía Nieto.
Siguiendo estas indicaciones, encontramos poderosos peelings como Copper Peel de Omorovicza (110 euros), un producto espumoso que se aplica en dos fases. Combina una pasta de cobre turquesa con un activador de ácido láctico para refinar el tejido, suavizarlo y reducir la apariencia de poros dilatados. Sus ingredientes, a los que se le suma el bicarbonato de sodio, ayudan a mostrar una piel más brillante con un tono más unificado, regulando asimismo la producción de sebo de la piel. Sobre cómo usarlo, Nieto explica que: "Primero aplicaremos el paso con la pasta de cobre desde la frente al cuello, evitando las zonas con mucosas -nariz, boca y ojos-, para después aplicar el activador sobre esa pasta, masajeando la espuma que aparecerá en movimientos circulares durante dos minutos, enjuagando bien. Lo usaremos solo una vez a la semana".
Cuando se busquen exfoliaciones que podamos usar diariamente, deberemos acudir a los tónicos, que suelen incluir una cantidad justa de ácidos para ir mejorando la piel día a día sin causar irritación ni inflamación. Un gran ejemplo es Pore Minimising Tonic de Medik8 (50 euros). Transforma la textura de la piel, limpia los poros y los minimiza gracias a una infusión de ácidos que controlan los niveles de grasa y que limpian en profundidad. Un suero que alisa y renueva la piel y que deberemos aplicar con pequeños toques.
Entre sus ingredientes, destacan el extracto de trébol rojo -un antioxidante que protege, regenera y reduce los poros-, los ácidos mandélico y láctico para exfoliar suavemente, el ácido alfa lipoico para proteger a la piel del envejecimiento prematuro y el ácido hialurónico para hidratar desde la fase de tonificación. También podemos acudir a Exfoliating Peel de Perricone MD (55 euros), que gracias a su complejo de cobre y la L-Carnitina, se revela la piel mucho más luminosa y no solo elimina el tejido muerto, sino que trabaja eficazmente para que se regenere completamente.
Por último, podremos exfoliar una o dos veces a la semana con una mascarilla. Tal es el caso de Chlorophyl Detox Mask (85 euros). Desintoxica la piel, la limpia en profundidad, hidrata y exfolia suavemente. Todo se consigue gracias a las microcápsulas de clorofila purificantes que se deshacen al masajear sobre la piel, al complejo de cobre que reafirma la piel y optimiza su elasticidad, y a la enzima de papaya, que exfolia e ilumina visiblemente.
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