Cada persona tiene una piel diferente y como tal, necesita unos cuidados específicos tanto en rutina de belleza, productos y, por supuesto, una alimentación adecuada a sus necesidades. A continuación, descubre el ritual idóneo de belleza recomendado por la doctora Mª José Martínez de ARCHANGELA según tu tipo de piel:
1. Piel sensible
Las pieles sensibles o reactivas reaccionan de manera más inmediata que una piel normal en las mismas circunstancias: ¿cómo podemos cuidarla?
Para el cuidado de una piel sensible debes utilizar productos de limpieza suaves, sin jabones alcalinizantes: es muy importante respetar el manto ácido de la piel; ten cuidado con las aguas muy duras y evita las lociones o los productos con alcohol, con colorantes artificiales y perfumes artificiales.
Hay casos de pieles especialmente sensibles con una reactividad tan alta que no toleran nada y en esos casos deberás evitar que se termine agrietando debido a la sequedad, intenta siempre probar los productos antes de usarlos porque la reactividad es muy variable e impredecible en función de las circunstancias de tu piel, de los factores ambientales, emocionales u hormonales. Para probarlos, hazlo durante varios días en la cara interna de la muñeca, en el antebrazo o detrás de la oreja.
Ten en cuenta que la piel sensible es especialmente vulnerable al sol y a cualquier agente externo irritante, por lo tanto es fundamental mantener la piel nutrida e hidratada para garantizar su función "barrera", utiliza una protección solar adecuada, todo esto te permitirá tener el correcto estado lipídico que garantizará esta hidratación y protección: los buenos aceites vegetales con triglicéridos y ácidos grasos te ayudarán a conseguirlo.
La nutrición por la noche con una crema o un aceite bien tolerado de alto valor nutritivo es fundamental par absorber los nutrientes durante el sueño. Utiliza también una mascarilla calmante y reparadora al menos una vez a la semana.
La doctora recomienda combinar:
Crema de Arroz, Malva y Vid Roja y Aceite de Belleza de la Reina
La crema es el producto más rico en agentes reparadores y calmantes que proporcionará a las pieles sensibles la hidratación, el confort y la reparación que necesitan. Por otro lado, el aceite reacciona muy bien en pieles sensibles debido a su alta concentración de activos.
Alimentación para una piel sensible
Una alimentación variada y equilibrada (evitando productos procesados) y un correcto descanso pueden ayudar a una piel sensible. Todos los alimentos que se puedan consumir de agricultura biológica van a incidir en una alimentación más limpia de productos químicos: ten en cuenta que estos químicos aumentan la hiperreactividad de la piel y del sistema inmune.
Intenta incluir en tu dieta abundantes verduras y hortalizas rojas, amarillas, verdes o naranjas llenas de antioxidantes y carotenoides o provitamina A, que es un gran protector de la piel.
Tampoco debes olvidar los ácidos grasos y la vitamina E que puedes encontrar en los mejores aceites vegetales vírgenes; te irán muy bien también los omegas de los pescados y de los frutos oleaginosos como las almendras, nueces, piñones crudos… El germen de trigo y los cereales integrales te aportarán vitamina B, muy importante para la piel.
2. Piel seca
La piel seca pierde fácilmente su hidratación; necesitamos, por tanto, mantenerla hidratada en todo momento. ¿Cómo puedes conseguirlo? Usa una crema con activos altamente reparadores, componentes como el bambú y el nenúfar ayudan a remineralizar y tensar la piel, previniendo el descolgamiento y la flacidez.
Combina la hidratación con algún aceite que nutra y frene el desgaste y envejecimiento al que se someten las pieles secas. El aceite ayudará a reparar la barrera lipídica que permite guardar el agua en la piel.
Entre nuestros cosméticos, la Doctora recomienda combinar el Aceite de Belleza de la Reina, sus 25 exquisitos y su gran concentración de antioxidantes frenan el stress celular y los carotenoides y fitosteroles que contiene ofrecen una protección inigualable. Su antieukina protege el ADN de sus células y repara su membrana frente a los agentes medioambientales y la edad.
Es una joya que puedes utilizar por la noche, por el día o en ambos momentos, según las necesidades de tu piel. Como hidratación, apuesta por el Fluido Fitoaromático de Aceites Raros, un producto perfecto para cualquier piel que necesite borrar los signos de fatiga al instante y recuperar la luminosidad. Combínalo con el Agua Reveladora BIO de Orquídea y Pensamiento Silvestre, ideal para hidratar tu piel en cualquier momento y lugar.
Alimentación para una piel seca
Una alimentación variada es muy importante no descuidar en la alimentación la presencia de grasas 'buenas' como aceites vegetales vírgenes, por ejemplo, el de oliva. Frutos oleaginosos crudos: nueces, sésamo, almendras… Alimentos ricos en vitaminas A y E. Aceites vegetales crudos: por ejemplo, el de germen de trigo o el de girasol prensado en frío. Huevos: también ricos en B2 que darán un aspecto radiante a la piel, frutos secos...
Vegetales verdes y naranjas, amarillos y rojos: su riqueza en betacarotenos los hace muy valiosos para la piel; las zanahorias, pimientos, acelgas, espinacas, calabazas o la achicoria tienen esta molécula que es un gran antioxidante y evita el envejecimiento celular
Alimentos ricos en omega 3: como algunos pescados azules. Alimentos ricos en zinc: como sardinas, germen de trigo y semillas de calabaza te ayudarán a evitar la descamación y la picazón que a veces acompaña a la sequedad extrema.
3. Piel grasa
La piel grasa parece poco limpia debido a la presencia de grasa en los poros y además en épocas de calor estos problemas se agravan, ¿quieres saber cómo mejorar su aspecto? La piel grasa presenta un aumento en la producción de sebo, unos poros más abiertos y un aspecto brillante, sobre todo en la zona central (entrecejo y nariz); suele ser una piel más gruesa. Además, en épocas de calor esta dilatación se hace más manifiesta. Para evitarlo:
- Mantén tu piel limpia
- Hidrata tu piel
- Exfolia tu piel
- Protege tu piel
- Lleva una alimentación sana
¿Qué alimentos me irán bien?
Verduras de hoja verde y frutas ricas en fibra y en vitamina C y E como el kiwi, el aguacate (rico también en vitamina C y E), la pera, las frambuesas, el plátano, las ciruelas, el mango…
Verduras y hortalizas de color de amarillo a rojo por su riqueza en antioxidantes: velarán por la salud de tu piel. Evita las grasas y los productos procesados (por ejemplo, el embutido) y también los azúcares, los lácteos, la bollería y la repostería. También son muy importantes los pescados azules.
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