Las avarcas se fabricaban con las pieles del ganado que eran materiales comunes y de fácil acceso. La llegada del automóvil hizo que se utilizaran ruedas viejas para confeccionar la suela, aunque el resto de la avarca menorquina se seguía elaborando con cuero, por lo que sólo existían en el color original de la piel. Ahora, en cambio, se diseñan en diferentes tonos y texturas. Como por ejemplo, estas verdes de Mibo.