El doctor en Farmacia y fundador de la marca Twelve Beauty, Pedro Catalá, tiene clara su opinión respecto a los ácidos exfoliantes: "Me parecen algo agresivos para la piel, y sus efectos se pueden obtener por otras vías más respetuosas". Este tipo de productos son sustancias catalogadas como ácidas que alteran el ph de la piel, es decir, promueven la ruptura y la eliminación de las células de la piel, fomentando una renovación más frecuente del tejido cutáneo. Así, un proceso natural del propio organismo – que consiste en la producción de colágeno y la eliminación de las toxinas – se produce con mayor asiduidad pues el organismo busca reparar el daño celular producido. Sin embargo, ¿todos los ácidos exfoliantes son igual de agresivos?
Este tipo de cosméticos llevan existiendo desde la antigüedad. Se dice que Cleopatra ya sumergía su cuerpo en leche agria – que no es otra cosa que el ácido láctico – para suavizar su piel. Por otro lado, hace siglos las mujeres francesas hacían lo propio con vino añejo, es decir, un líquido rico en ácido tartárico. ¿Qué ácidos tienen un efecto más agresivo en la piel y se deberían evitar? ¿Y al contrario qué cosméticos podrían formar parte del cuidado de la piel?
Ácido glicólico
Se obtiene de las frutas, como la remolacha. Produce una exfoliación muy superficial y, apenas, produce irritaciones en la piel. Como máximo un leve enrojecimiento. Eso sí, como indica Pedro Catalá su acción es muy rápida – dado que sus moléculas tienen un bajo peso molecular – y estimula la síntesis de colágeno. Eso sí, dependiendo de la concentración que posea en el cosmética tendrá un efecto u otro. Por ejemplo, si oscila en un producto entre el 10 y el 15 por ciento estará enfocada a tratar el acné o la psoriasis. Mientras que en concentraciones más altas (hasta el 70 por ciento) se utiliza para tratar arrugas o estrías.
Este producto (21, 60 euros) posee una concentración del 4 por ciento de ácido glicólico lo que fomenta que tenga una acción muy suave. Se recomienda usar cada tres días y elimina las manchas y las imperfecciones de la piel.
Ácido retinoico
"Es la forma ácida de la vitamina A. Su acción exfoliante se ve favorecida por su capacidad reparadora”, comenta el experto. Este ácido, además, hidrata la piel y la mantiene suave. Además, minimiza las líneas de expresión. Eso sí, al igual que ocurre con la tretinoína (un derivado del retinol) debe aplicarse en concentraciones muy bajas y los efectos son visibles a largo plazo. Un uso excesivo de este producto puede causar graves daños cutáneos. Se suele prohibir durante el embarazo y la lactancia.
La Roche-Posay tiene este sérum (42, 95 euros), con una concentración del 0,3 por ciento de este ácido que, además, tiene vitamina B3.
Ácido salicílico
Es un ácido fuerte. Es soluble y, por tanto, puede penetrar en los conductos sebáceos. Se suele utilizar en los peelings superficiales contra el acné, su efecto está garantizado, incluso en concentraciones muy bajas, como el 1 o 2 por ciento. Durante su aplicación se recomienda no exponerse al sol y, tras su uso, pueden aparecer manchas oscuras en el rostro que desaparecerían en pocos días.
En este grupo destaca el Just Salicylic acid serum (3, 99 euros) de la marca Revox. Se recomienda aplicar unas cuatro o cinco gotas por la noche sobre la piel limpia.
Ácido mandélico
Es uno de los ácidos más longevos en el mundo de la cosmética. Se recomienda para pieles más sensibles para tratar los puntos negros, las arrugas superficiales y las rosáceas. Además, a diferencia del salicílico se puede aplicar horas antes de la exposición al sol pues no es fotosensible.
Por ejemplo, el Ácido mandélico de la marca The Ordinary (6, 95 euros) tiene una concentración del 10 % y ayuda, con un suave efecto, a la exfoliación superficial que te ayudará a tener un cutis más iluminado.
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