Entre el 8 y el 11 de abril, Madrid acogerá la 73ª edición de su Semana de la Moda. Además de las creaciones que se presentarán sobre la pasarela, como ya es habitual, se sucederán las presentaciones y los eventos relacionados con el universo fashion dentro y fuera de ese marco que convierte a la capital en el centro de la moda mundial. Moisés Nieto (37), que el pasado mes de diciembre celebró el décimo aniversario de su primera colección, es uno de los diseñadores que quiere mostrar al público las creaciones que ha preparado para el otoño-invierno que viene. Lo hace fuera de ese calendario, porque hace tiempo que decidió que quería desmarcarse de aquellos formatos con los que no identifica el carácter de su marca.
EL ESTILO ha conversado con el jienense -de Úbeda- para conocer qué se puede esperar de las prendas que ya tiene listas y que presentará en un vídeo, rodado en el Matadero de Madrid, que se lanzará este miércoles, 7 de abril, en diferentes plataformas. También responde a cómo ha cambiado la industria de la que forma parte y su manera de entender la confección de su ropa desde que, hace poco más de un año, comenzara la pandemia.
¿Cómo va a ser esa presentación novedosa que está a punto de ver la luz? -este periódico habló con el diseñador antes del lanzamiento de la grabación que se puede ver en la parte inferior-.
Va a ser una pieza audiovisual que se va a proyectar el día 7, este miércoles, por la mañana. Ya está grabada y se va a poner en streaming en todas las redes sociales, YouTube y todas las plataformas. Cambiamos un poco la manera de presentar las colecciones porque, como con la Covid es imposible realizar cualquier acto físico, lo que hacemos es abrir a todo el mundo lo que antiguamente eran los desfiles exclusivos para prensa. Para que cualquier persona, a golpe de clic, pueda conocer la colección en tiempo real y pueda disfrutar de ella.
Es una ventaja en el sentido de poder acercarse a un espectro más amplio de potenciales clientes.
Para nosotros es una ventaja enorme y hemos visto cómo han evolucionado tanto la moda como el consumidor de la misma. Ya no es el jovencito que se compra la revista especializada porque le gusta la moda, sino que, en la palma de su mano, a través de un smartphone, tiene toda la información necesaria sobre tendencias y novedades. Los diseñadores tenemos que evolucionar y ver qué es lo que demanda el cliente. En este caso, es una información ágil y con una imagen cuidada. No podemos seguir haciendo desfiles al uso en el pabellón 14 de IFEMA.
Todas estas nuevas fórmulas, ¿han llegado para quedarse o cree que va a ser algo coyuntural hasta que pase la pandemia?
Creo que va a ser un punto de inflexión. De hecho, el modelo de pasarela clásica, ya estaba en peligro. Por experiencia propia, yo desde 2018 hago otro tipo de presentaciones: performances, cambios del formato clásico del desfile... Y yo creo que es un cambio que se necesitaba en la industria. Al consumidor más joven le aburre el front row de un desfile, ver ese modelo de desfile con el mismo recorrido. Tiene que evolucionar y, por suerte, tenemos la tecnología en nuestra mano. Hay muchísimas maneras de presentar una colección. Las marcas están evolucionando muy rápido en ese sentido, y lo están haciendo muy bien. Son retos que tenemos que ir poniéndonos, diferenciarnos en la manera en la que presentamos nuestras colecciones.
¿Cómo está siendo adaptar las pasarelas a la pandemia? ¿Cómo y en qué medida ha cambiado el trabajo con su equipo?
Pues al principio es verdad que, por miedo a contagios, venía yo solo y el resto del equipo teletrabajaba. Nos comunicábamos por email y por teléfono. Cuando ya tuvimos un poco más de información, fuimos tomando medidas. Trabajamos con mascarillas. Somos un equipo muy reducido, somos cuatro, y nos organizamos bastante bien. Creo que nos estamos acostumbrando muy bien, muy rápidamente.
¿Qué es lo que se encontrará el cliente en esta última colección con las prendas para el otoño-invierno que viene?
Presento una colección compuesta por 24 looks. A la hora de confeccionarlos, he pensado más en rehacer prendas que en configurarlas desde cero. Estamos en un momento de repensar todo y me parecía interesante realizar una reflexión de cuántas prendas y qué tipos de prendas nos ponemos. Y cómo están en nuestros armarios. Básicamente ha sido un trabajo de reformular abrigos masculinos, faldas midi, gabardinas, el tejido denim -al que también le hemos dado una vuelta-... Ha sido más un ejercicio de pensar que de diseñar.
¿Qué tipo de tejidos ha usado para ello?
Son tejidos nobles. Tiene una parte con tejidos de lana y luego una parte muy importante porque hemos hecho en denim, con una colaboración con Tejidos Royo. Ellos han creado un sistema revolucionario porque, a la hora de crear un pantalón vaquero se gastan 2.000 litros de agua. Ellos lo reducen al 100%. Es la primera máquina que no necesita agua para teñir un denim. Además, ahorra el 75% de energía y el 85% de pesticidas. Nuestra gran apuesta en esta colección es ese tejido denim.
Estamos, entonces, ante una colección sostenible.
Total. Desde 2015, siempre tengo una parte de la colección que es sostenible. Ya sea por cómo producimos, que siempre lo hacemos en Madrid, o porque usamos tejidos reciclados. Esto siempre suma a cualquier propuesta.
Presenta usted fuera de ese calendario de la MBFWM, ¿por qué?
Me adelanto un día, sí. Prefiero tomar las riendas de mis presentaciones y no estar bajo ningún paraguas. Hay que tomar decisiones importantes en la vida y, cuando no te sientes identificado con algún movimiento, cambiar. Dejé de desfilar en Cibeles en 2017 y este año he decidido no estar en el calendario.
¿Hacia dónde camina la moda?
Hacia un modelo mucho más sostenible, que eso es ya una evidencia. Y creo que va, también, hacia un modelo mucho más personalizado. El cliente ya no quiere ir como vamos todos por la calle, sino que quiere prendas mucho más personales, donde el cliente participe en el proceso de creación. Que puedas elegir tú el tejido, la silueta... Volvemos, un poco, a los años 50 en ese sentido. A hacer la ropa casi a medida.
¿Cómo es un día de trabajo en el taller de Moisés Nieto?
Una jornada normal, como en cualquier otra oficina o empresa de diseño. Realizamos nuestros quehaceres diarios de emails, contestar a clientas, hablar con las modistas... También, según el momento del año, podemos estar más estresados porque estemos con colección nueva o preparando un shotting para la web o haciendo entrevistas... Se disfruta mucho, porque cada día es diferente. Eso es algo que se agradece en un trabajo tan creativo como este.
¿Para qué cliente tipo o target diseña usted?
Antes lo tenía muy claro, porque me enfocaba hacia una mujer mucho más madura, que le gustara la cultura y el arte. Ahora, al tener tu trabajo colgado en la red, el público va cambiando. Puedo tener clientas de 16 años hasta señores de 85. Lo cual, me parece maravilloso, poder abarcar cualquier tipo de público. Incluso chicos. Estamos en un momento en el que no puedes encasillarte ni buscar un target perfecto, porque no sabes cómo va a reaccionar el público que te ve.
Y tal y como está el mercado, cuanto más se pueda abarcar, mejor.
Efectivamente. Me parece absurdo tener que seguir un canon de solo vender a un tipo de señora. Es aburridísimo y una manera muy antigua de pensar.
¿Cómo han cambiado sus creaciones en el último año, que ha sido muy particular para todos?
Estoy en un momento en el que prefiero repensar, como ya he comentado, a ponerme a crear desde cero, que me parece mucho más fácil. El buscar el buen diseño, los pequeños detalles, un patronaje que quede bien, elección de tejidos... Ahí reside el buen diseño. Trabajo en mejorar las prendas cada año para que perduren en el armario muchísimo tiempo y no sean una mera tendencia.
¿Cuánto ha afectado la situación a las ventas de la marca?
Este año hemos multiplicado por tres las ventas. A partir de septiembre lanzamos una línea de bufandas, zapatillas y bolsos y la aceptación ha sido increíble. Hemos tenido una muy buena época de venta online. Hemos focalizado todo el trabajo y el esfuerzo en este canal y ha surgido una nueva clientela: gente más joven que quiere acercarse, de alguna manera, al lujo.
Lo que se ahorra por un lado, hay que gastarlo en otro, ¿no?
Lo que hemos observado es que nuestro cliente es un perfil que viajaba mucho y lo que ha ahorrado en viajes lo ha invertido en pequeños accesorios que les han servido para regalar en Navidades, por ejemplo.
Además, usted ya tenía una base sólida en venta online. Ese camino que tenía ya adelantado.
De hecho, hoy me ha recordado Facebook que en 2013 abrimos nuestra primera tienda online. Y es verdad que no es fácil, pero decidimos focalizar el esfuerzo en esa plataforma, porque nos parece lo más sensato para una marca como la mía.
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