Los expertos capilares no cesan de decirlo: las mascarillas deben formar parte del cuidado de la melena. Más aún, cuando se encuentran teñidas, decoloradas o cuentan con algún tratamiento químico.
Estos productos se encargan, esencialmente, de nutrir y reparar el cabello a través de su composición. Una hidratación necesaria, más aún en esta estación donde el cabello no cesa de estar expuesto a numerosas agresiones externas -desde el cloro de las piscinas, la sal del mar y la incidencia de los rayos solares- tienden a resecar, restar volumen y su brillo.
Eso sí, antes de utilizar una determinada mascarilla, al igual que sucede con los otros productos capilares -como el champú y los acondicionadores- es importante conocer las necesidades que posee la melena y, también, conocer las características que tiene. Como matiza la experta Raquel Saiz desde su salón de peluquería: "Las mascarillas pueden no funcionar si no le aporta nada a tu pelo porque no está pensada para lo que tú necesitas. Es importante saber que no todas las fibras capilares son iguales, por eso hay que flexibilizar el tiempo que dejas la mascarilla para que pueda penetrar completamente en el folículo piloso".
Asimismo, para que posee un máximo rendimiento es importante que pueda realizar su función de forma homogénea por toda la melena. Para ello, se recomienda aplicarla con las manos y extenderla uniformemente con un peine de púas anchas, haciendo hincapié en las puntas que suele ser la zona más dañada. Un truco para que se absorba mejor es aplicar calor con un secador, ya que abrimos la cutícula y dejamos paso a la mascarilla. Cuando nos lavemos el pelo para retirarla, aconsejo hacerlo con agua tibia o fría para que se selle y quede protegida.
¿Cuándo utilizarlas?
Pese a ser uno de los productos más populares de la rutina del cabello, no es conveniente abusar de ellos. La frecuencia correcta depende de las necesidades del cada cabello, pero suele oscilar entre dos y tres veces al mes. El número oscilado por los expertos dictan que depende de la cantidad de lavados que se realicen y las necesidades que posea el cabello.
Qué ingredientes debe tener
La composición de las mascarillas recae en su eficacia, cuanto más concentrada y natural, mejor. Así será más efectiva y respetuosa con el pelo. Las mascarillas más económicas suelen incorporar más ingredientes sintéticos como siliconas que enmascaran el cuidado. Por eso, se suelen recomendar productos con un alto porcentaje de principios activos naturales.
También es imprescindible saber escoger la mascarilla, por ejemplo, para el pelo muy dañado, se suelen recomendar mascarillas que cuenten con una base de aceite de coco o miel que nutren, retienen la humedad y evitan la rotura. O, por otro lado, para el pelo deshidratado, en cambio, es mejor optar por las que poseen aceite de oliva.
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