Las vacaciones de verano son ese ansiado periodo de desconexión en el que, por lo general, se relajan las rutinas de cuidado tanto de la piel como del cabello. Esta época de desconexión también afecta a las rutinas de belleza que se simplifican para invertir en ellas el menor tiempo posible.
Esto, unido a algunos factores específicos del verano, provoca que tanto la piel como el pelo terminen las vacaciones con una necesidad urgente de ser sometidos a tratamientos de recuperación. Y es que durante la estación estival, la sal marina, el cloro de las piscinas y las largas exposiciones al sol los debilita. Afortunadamente, existen algunos tratamientos cosméticos que ayudan a devolver el cabello y la piel su esplendor natural.
En estos momentos las necesidades de la piel se concentran en la hidratación profunda y la retirada de las células muertas. Para conseguir esto último se puede recurrir a la realización de un peeling o tratamiento de exfoliación. Esto es una técnica que se realiza en clínicas especializadas y trata de eliminar la zona oscurecida por la pigmentación y el fotoenvejecimiento, de manera que se puede revertir parte del daño causado sobre la piel, obteniendo una superficie más suave, más firme y más luminosa.
Este tratamiento se puede llevar a cabo, fundamentalmente, de dos maneras diferentes. Por un lado están los que se realizan con agentes químicos: diferentes ácidos (glicólico, salicílico, láctico, mandélico, tricloroacético…) con diferentes concentraciones, cuyos efectos, bajo supervisión del profesional que realiza la técnica, tendrá diferentes efectos.
El otro tipo de exfoliación es el que se realiza con agentes físicos. Es decir, los productos contienen pequeñas partículas que al rozar en la piel, eliminan las células muertas. En términos generales, los primeros se utilizan para mejorar el aspecto del rostro, mientras que los segundos se reservan para el cuerpo.
Para recuperar la hidratación se puede recurrir a tratamientos como la mesoterapia, que consiste en pequeñas infiltraciones de ácido hialurónico, vitaminas y aminoácidos que una nutrición profunda. Sin embargo, desde casa también se puede hacer mucho por la recuperación de la dermis siendo constante con la aplicación de mantecas y lociones de hidratación intensiva.
En cuanto al cabello, es fundamental adquirir una rutina que cuide de él. Antes del lavado, los especialistas recomiendan hacer un desenredado previo, para maltratar la melena lo menos posible tras salir de la ducha, cuando está más sensible. También es recomendable apostar por una línea específica de champú y mascarilla, enfocada a la recuperación y a la nutrición.
Además, se debe tener especial cuidado con las puntas. Todos los estilistas coinciden en que lo más adecuado es cortarlas, pero para a quienes esta idea no les convenza, sí que es conveniente tratarlas, aplicando un producto específico para ellas, como un sérum. Otro gesto que ayuda para tener una melena de cine es la protección de la misma cuando se emplean herramientas de calor para trabajarla. Antes de hacerlo, se debe aplicar un protector de calor que blinde nuestro cabello.
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