El poder de los rayos del sol sobre los girasoles, su luz y su calor es lo que refleja en su colección Ailanto, prendas bucólicas para el día y sensuales para la noche.
Con los girasoles como eje conductor, la firma de los hermanos Iñaki y Aitor Muñoz, Ailanto, regresa a la semana de la moda madrileña con fuerzas renovadas, para presentar una colección donde la naturaleza vuelve a ser protagonista de sus estampados inspirados, en esta ocasión, en la obra del pintor Emil Nolde.
El palacete que fue la casa de Valle Inclán en Madrid ha sido el lugar elegido por Ailanto para presentar una colección de una manera diferente a la habitual en su trayectoria.
Ailanto vuelve a la pasarela, después de estar ausente en dos ediciones, pero sin desfile, opta por un formato diferente que incluye una performance y photoshoot en directo. "El desfile ya no era nuestro formato, necesitábamos un cambio", ha explicado Aitor Muñoz, quien ha señalado que en este tiempo de parón obligado por la pandemia se han concentrado en crecer en el marketing digital, en los canales multimarca y en potenciar las ventas "sin necesidad de estar presentes en las ferias", lo que les ha permitido crecer como empresa.
El gusto de los creadores bilbainos por la botánica y las bellas artes les ha llevado a detenerse en el ritmo circadiano de los girasoles y buscar en dos fuentes pictóricas, la del expresionista alemán Emil Nolde y en el cuadro de Van Gogh Los girasoles.
"Hemos tenido en cuenta el pigmento que utilizó Van Gogh, un cromato de plomo, un enigma, pues es un color que comenzó siendo amarillo deriva en tonalidades verdes y ocres", ha señalado.
A partir del color crean sus estampados y el volumen de sus tejidos, sedas que caen en delicada cadencia, de inspiración romántica, en las que los campos de girasoles son protagonistas, aunque también destacan piezas con estampados en acuarela de caballos salvajes.
El resultado es una colección para la próxima primavera-verano donde priman el amarillo, naranja quemado, ocre con fondos azules, marrones tierra y rojos sobre tejidos fluidos, algodones de seda, lino mezclado con ramio, gasas y bambulas.
"El vestido es el auténtico protagonista", ha añadido Muñoz, un pieza sobre la que destaca un vestido de gasa de seda, de corte griego, con un girasol bordado en lentejuelas. Aunque no faltan monos abombachados al tobillo con grandes volúmenes y pantalones palazzo, combinados con voluminosas blusas.
Una colección en la que los hermanos Muñoz colaboran con la firma de joyería Suma Cruz, "ambos compartimos el amor por la naturaleza", afirman, y la casualidad hizo que ambos trabajaran en el mismo símbolo: el girasol.
Brazaletes, pendientes collares gargantillas conforman una estética paralela. "Toda su colección basada en el girasol y cuando ves las prendas con los complementos funcionan a la perfección".
Susana Cruz fabrica joyas donde la naturaleza está presente y en la que en esta ocasión establece un diálogo con las prendas. Brazaletes, pendientes que trepan hasta la oreja, cadenas que rodean la cintura y ciñen los diseños al cuerpo, realizada con minuciosidad en latón de manera artesanal complementan una colección que irradia luz.
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