Las prendas femeninas de punto de Sita Murt, el calzado original de Camper o los bañadores de inspiración marina de dosMares se presentan desde este pasado viernes en un evento de moda 'made in Spain' en Nueva York que ha "crecido exponencialmente", pese a la pandemia, según sus responsables.
En apenas dos años, FashionLab Market ha pasado de ser un showroom con cinco firmas españolas a reunir a una veintena, aumentando su capacidad hasta convertirse en una feria que atrae a los grandes compradores multimarca del sector minorista en el país, como Anthopologie, Neiman Marcus o Free People.
"Presentamos el espacio como un boutique trade show (feria para tiendas de moda) muy seleccionado y con todo enfocado a que el comprador tenga una gran experiencia", explica una de sus creadoras, la española Anna Giralt, que recibe a Efe en el nuevo espacio del evento, un gran local en el barrio de Chelsea.
"Normalmente, las ferias son muy industriales. Más de lo mismo, nada personalizadas. Nosotros vendemos un producto de gama media-alta y queríamos que esta experiencia se reflejara", sostiene la empresaria, que a lo largo de tres días recibirá a más de un centenar de compradores que han reservado cita.
Mirando de reojo el trasiego entre los expositores de ropa y pendiente de la puerta, Giralt señala que varios de esos compradores entraron a primera hora y seguían allí cerca del mediodía, lo que considera una "buena señal", ya que normalmente "los americanos llegan, hacen su faena y se van corriendo".
El impulso que ha ganado FashionLAB Market en los últimos dos años llama la atención precisamente por coincidir con la pandemia de la Covid-19, que ha azotado al sector de la moda y en 2020 obligó a cancelar ferias comerciales importantes como Coterie, ahora de nuevo en remontada.
La pandemia, una oportunidad
La feria prácticamente ha duplicado sus participantes respecto al año pasado y espera de manera presencial la inmensa mayoría de visitas de los compradores, ávidos de conocer personalmente los diseños después de haberse quedado en casa el año pasado por los impedimentos para viajar dentro del país.
"Muchos showrooms y agencias durante la pandemia decidieron no continuar, pero nosotros estuvimos abiertos. Además, Nueva York estuvo cerrado durante muchos meses y los compradores nacionales no podían venir aquí, así que nosotros fuimos a buscarlos", revela la especialista en estrategias de negocios de moda.
Darles la posibilidad de "probar, tocar y ver cómo quedaban" las prendas a esos inversores minoristas en un momento donde lo virtual era la norma contribuyó al crecimiento del evento. "Fuimos de los pocos que hicieron eso. Nos siguieron comprando y haciendo pedidos más grandes", agrega. El evento cuenta con el apoyo del ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior), que ayuda a las marcas españolas a costear su participación y ofrece alicientes para los compradores como "pasarelas virtuales", sorteos de experiencias, degustación de productos típicos españoles y "horas de cóctel" para hacer contactos. Giralt reivindica su labor y destaca que es "complicado" venir a este tipo de ferias "sin asesoría" y tener una buena experiencia, ya que a menudo quedan "perdidas en un expositor pequeño al final del todo" entre los miles de nombres que se presentan mientras los compradores "pasan de largo porque van a sus citas".
Entre las firmas que se han presentado por primera vez y que, si tienen éxito, estarán dentro de seis meses en las principales tiendas multimarca de EE.UU. están Juncal Aguirre, Lola & Lo, dosMares o Guitar, mientras que otras repiten, como Sita Murt, Camper o Chie Mihara.
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