Cinco razones para casarte con un vestido de novia a medida
A diferencia de un modelo de producción en cadena, un diseño personalizado es una pieza única y especial.
9 octubre, 2021 02:26Noticias relacionadas
Hacer un vestido de novia a medida es todo un arte. Este es, si no el más importante, el diseño más especial que luce una mujer en su vida. De eso son conscientes en el atelier de Laura Escribano, donde confeccionan trajes de novia a medida como se hacía en épocas pasadas. De acuerdo con la propia firma, "con amor. A fuego lento, con las manos y con mucho mimo".
Al ser un traje a medida, a diferencia de un modelo de producción en cadena, se confecciona en su totalidad en el atelier, es una pieza única, especial y pensada para la novia. Pero más allá de este motivo, existen otras cinco razones por las que la marca recomienda apostar por un vestido de novia personalizado.
1. Exclusividad
El vestido es, desde el principio, una pieza realizada en exclusiva para la novia. El diseño es algo que no existe, se está creando desde cero. Por lo tanto, no hay otro igual ni parecido. Esto lo hace único y exclusivo. "En los vestidos de producción en cadena es más difícil que las novias se vean perfectas porque son una serie de tallas estandarizadas que no sientan a todas por igual. Cada cuerpo es un mundo", explica Laura. Por eso, el vestido de novia a medida se confecciona pensando en la fisionomía de la novia.
2. Trato personal y cercano
El primer punto de partida es hablar con la novia. La mencionada firma, por ejemplo, realiza alrededor de 15 preguntas para rellenar un formulario que le permitirá conocerla mejor. "En este punto le explico qué es hacerse un vestido a medida, cuáles son las pautas, cómo se inicia. Les dejo muy claro que soy una guía y que en ningún caso les someteré a ideas concretas", aclara la diseñadora.
En el atelier de Laura Escribano se confeccionan los trajes a medida según lo que cuenta y quiere la novia. El gran reto de las modistas es encajar todo eso para que la novia se sienta preciosa, segura y perfecta el día de su boda. "Aquí es clave saber patronar, confeccionar y modelar. Se estudian los tipos de tejidos que le favorecen más, el color, o si hay un tejido ornamental que le encanta, vemos dónde se puede situar", explican desde la marca. Cuando la novia llega al atelier se ve todo frente al espejo.
3. Estudio completo y complejo de la novia
De la silueta, la fisionomía y la personalidad. El profesional que está detrás del traje a medida debe conocer perfectamente los puntos más favorables y menos favorables que tiene el cuerpo de la novia. En general, se estudia el físico para dar con la figura, colores y tejidos más favorecedores.
4. Rectificar sobre la marcha
Las preguntas y la incertidumbre florecen durante el proceso. Muchas novias sienten miedo de encontrarse con algo que no tienen en la cabeza. Sin embargo, eso no ocurre porque el vestido de novia a medida se va modificando y perfilando a lo largo de las pruebas. "Utilizamos toiles de algodón al principio o glasillas para evitar esa situación", comentan desde el mencionado taller que, por ejemplo, utiliza Pinterest, Instagram y otras plataformas de inspiración para trabajar con la novia en sus referencias e inspiraciones. De esta manera, la diseñadora se hace una idea del estilo o la estética que está buscando.
5. Proceso de creación único e inolvidable
El feeling, la confianza, y el vínculo novia-diseñadora es importante. "En el atelier no hacemos nada que no se haya hablado previamente, que no se haya probado o no se haya visto", explica Laura Escribano.
El pensamiento tridimensional no está desarrollado en todas las personas por igual. Por eso, es labor de expresión de las profesionales canalizar lo que ellas ven para mostrárselo a la novia. Esta, frente al espejo, se ve con toda la superposición de tejido y el modelado de la silueta para tener una idea muy clara de lo que será el vestido final.
Durante el proceso, la diseñadora asesora en el estilismo final ayudando a escoger calzado, peinado, maquillaje, ramo, etc. La relación entre la novia y la diseñadora es, en definitiva, colaborativa. Existe la confianza mutua para dar con el vestido a medida que la novia siempre había soñado.
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