Lady Di sigue aún muy presente en la sociedad británica -y mundial- pese a que se va a cumplir un cuarto de siglo de su muerte. La princesa de Gales revolucionó no solo el rígido mundo de la realeza, sino también el universo de la moda y los complementos. Todo en ella era digno de ser publicado en los medios de comunicación, el planeta entero quería conocer cada detalle de las prendas que vestía y sobre todo de las joyas que mostraba.
Una de las más importantes piezas de joyería que la princesa del pueblo tenía en su haber era su anillo de compromiso. Fue la propia Diana la que escogió la joya, en un gesto inusual y de absoluta despreocupación por parte del príncipe Carlos (72). El heredero le dijo a su entonces futura esposa que tomara el catálogo de la joyería Garrard, uno de los joyeros más antiguos de Inglaterra y encargado de realizar las piezas de la realeza en esa época, y seleccionara su pieza favorita.
Días más tarde, durante una cena celebrada en Windsor, y bajo la atenta mirada de la reina Isabel II (95), los encargados de la joyería presentaron una bandeja con varios anillos que ya había visto Diana. Fue entonces cuando eligió un zafiro oval de Ceilán. No era, para nada el más caro del catálogo, pero era el que quería Lady Di. Costaba entonces 27.000 libras, esto es, 31.000 euros, un valor que en la actualidad se ha multiplicado y su precio asciende a los 220.000 euros.
Pero no hace desembolsar tal cantidad de dinero para hacerse con una pieza muy similar. La joyería Customima tiene una réplica muy exacta del anillo de compromiso de Diana de Gales. Se trata del "Anillo zafiro con diamantes creados en oro blanco", que puede encontrarse en su tienda online por un precio de solo 490 euros. Está creado de forma sostenible e incluye certificado de garantía.
La joya original de Lady Di está actualmente en el dedo anular de Kate Middleton (39), pues fue el anillo de pedida que le regaló el príncipe Guillermo (39) cuando anunciaron su compromiso. Sin embargo, la joya se la dejó Diana en herencia a su hijo menor, Harry (37), quien, en un generoso gesto, se lo cedió a su hermano mayor para que la futura Reina de Reino Unido lo luciera en su mano y así asegurarse de que la figura de la princesa Diana seguiría muy presente en la Corona británica.
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