Si hay un gran protagonista en las bodas, más allá de la pareja que se da el 'sí, quiero', ese es el vestido. Alrededor de esta pieza gira buena parte de la ceremonia y, conscientes de ello, las novias eligen con mimo y cuidado el look que lucirán en uno de los días más importantes de su vida, en el que todas las miradas estarán puestas ellas.
El traje es un imprescindible, pero no es la única pieza que conforma el estilismo final. Una vez que este está decidido, el siguiente paso es descubrir el peinado perfecto. Su elección es una de las decisiones más difíciles de cualquier novia, pero debe plantearse con inteligencia para que se convierta en el mejor accesorio del vestido.
Para lograrlo hay que tener en cuenta varias variables que hay que tener en cuenta y que Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez, repasa.
Cuidado con las tendencias
Las tendencias siempre se deben de tener en cuenta, pero Eduardo Sánchez matiza que en el caso de las novias es mejor no tenerlas muy en cuenta. "Un buen estilista debe tener en cuenta tantos factores antes de dar con el look perfecto que aunque nos intentemos ajustar a lo que se vea en las pasarelas y a los deseos de la novia, que en ocasiones viene con un recorte o una fotografía en el móvil, nuestro objetivo debe ser siempre que esté lo más favorecida y armónica posible".
Cada novia es única
Si bien es posible que una novia llegue al salón con un peinado que ha visto a otra novia, la labor del estilista es hacer que su peinado sea único. Así lo asegura el experto: "A la hora de elegir el peinado, es importante recordar que cada novia es única; no hay dos mujeres iguales y no debería haber dos novias iguales. Por eso debe haber una conversación muy fluida con el peluquero que debe conocer todos y cada uno de los detalles del enlace".
Las pruebas son imprescindibles
Para que todo salga perfecto el peinado (y el maquillaje) debe probarse anteriormente. ¿El motivo? "Que la novia vaya segura ese día al 100 por cien. Es durante las pruebas cuando la mayoría van desechando las ideas que traían en la cabeza, cuando comprueban que no funcionan con sus facciones o que su tipo de pelo no resiste bien determinados acabados o recogidos".
El diseño del vestido
"No basta con tener en cuenta el diseño y la forma del traje de novia", asegura Eduardo sobre este punto. "En nuestros salones siempre miramos al detalle la textura y el tipo de tela del vestido porque también son fundamentales. En el caso de tejidos con mucha textura habría que contrastar con un peinado con un acabado más ordenado y pulido. Sin embargo, con telas lisas y sencillas, conviene optar por estilos de peinado desestructurados. La clave es que el vestido y el peinado no compitan entre ellos, sino que cada uno deje brillar al otro y potencie su belleza. Un buen estilista debe conocer todos los detalles del atuendo de la novia, incluso los pendientes y hasta el ramo de flores que se van a lucir".
El lugar de la ceremonia
"A la hora de elegir un peinado también es determinante dónde se celebra la boda. Si se trata de una boda en interiores o en exteriores, si es campestre o urbana, la época del año, la climatología... Todos estos detalles deberán ser conocidos -¡y preguntados!- por el estilista".
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