Eugenia Silva (46 años), gran amiga de Tamara Falcó (40), fue la encargada de acompañar a la marquesa de Griñón este martes, 27 de septiembre, en su reaparición ante los medios tras romper su compromiso con Íñigo Onieva (33). La hija de Isabel Preysler (71) hacía frente a una de sus tardes más complicadas al acudir al evento de Kronos Homes, pero, afortunadamente, la otra embajadora de la marca era la supermodelo, con la que mantiene una estrecha amistad desde hace años.
La chef fue la última en salir ante las cámaras, guardando así sus buscadas declaraciones para el final. Por lo que la encargada de inaugurar el photocall del Teatro Real fue Eugenia Silva. La top model no defraudó y lució un estilismo impresionante.
Silva desprendió sofisticación con su vestido negro firmado por Patou. Un diseño ceñido, de manga larga y cerrado en el cuello pero con un cut-out en forma de lágrima justo en el centro del pecho. Pero sin duda el detalle más llamativo del traje estaba en la parte inferior de su falda, que presentaba como dos piezas alargadas de tela -como dos tirantes- que sobresalían por debajo del corte horizontal.
Patou es la firma del director creativo Guillaume Henry, quien se ha propuesto abrir un nuevo capítulo en la historia de la maison fundada por Jean Patou. Henry ha desarrollado una colección femenina lista para usar inspirada en la Alta Costura que es a la vez delicada y accesible.
La supermodelo ha combinado el vestido con unos elegantes stilettos de tacón de aguja altísimo. Eugenia se ha decantado por el par bautizado como The Spy Pump 105 de la marca Aquazzura. Están elaborados en Italia con ante sedoso en negro intenso y presentan aplicaciones de malla transparentes que resaltan las curvas del pie. Este sensual estilo presenta una forma redonda en la punta y se asienta sobre un fino tacón de aguja. Su precio es de 650 euros.
En cuanto a las joyas, la maniquí ha lucido varias espectaculares (y carísimas) piezas de Rabat. Eugenia presentó dos pares de pulseras en sus muñecas, y en concreto apostó por los brazaletes de eslabones en oro rosa pulido que tienen un precio unitario de 13.900 euros. Además, en uno de sus dedos mostraba uno de los anillos más extravagantes de Rabat, creado también oro rosa con eslabones, y que se vende por 1.530 euros.