A sus 46 años, Elsa Pataky puede presumir de figura y rostro envidiables. Las redes sociales de la actriz y modelo dan fe de la importancia que la susodicha otorga al aspecto físico, siguiendo una rutina diaria que incluye una alimentación variada y saludable, sesiones deportivas y cuidado facial. Tampoco ha dejado nunca de lado ese buen gusto a la hora de vestir que un día la convirtió en todo un referente para buena parte de sus seguidores.
"Tardes de relax en nuestro pequeño estudio de arte. Burrito pintado por Indi", ha escrito Pataky junto a su último post, en el que aparece sentada en el suelo, mirando a un lado, cerca de un cuadro pintado por su hija mayor, India Rose, quien ha heredado de su madre la pasión por los caballos y parece tener ciertas aptitudes artísticas. Al hilo de la fotografía, algunos seguidores de la familia dejaron comentarios como "Tienes una artista plástica en la familia, I love it", "Increíble India. ¡Ha salido a su abuela!", o "Esta niña es una fuera de serie. Hace de todo y bien".
Sabedora de que el naranja es tendencia esta temporada, Pataky posó luciendo un cómodo vestido de ese color, con tirantes finos y corte fluido hasta los pies. Para rematar el look, el cabello recogido con moño y unas sandalias planas con detalle de cuentas multicolor de Gioseppo, la marca de calzado española de la que Pataky es embajadora desde hace ya ocho años (hace apenas tres meses, pasó unos días en España precisamente para presentar su nueva colección de primavera-verano).
En la descripción del producto que aparece en la web de la firma, se puede leer que el calzado cuesta 59,95 euros y tiene "Plantilla de piel acolchada de látex para una mayor amortiguación. Piso flexible. Plantilla de piel curtida en tenerías que siguen un protocolo más sostenible bajo los estándares Leather Working Group".
Cada vez que tiene ocasión, la actriz comparte con sus admiradores detalles de su vida en Byron Bay, la pequeña localidad costera en el Estado de Nueva Gales del Sur, en Australia, a la que su familia y ella se mudaron en 2014, huyendo del bullicio de Los Ángeles. En ese pequeño paraíso construyeron la mansión en la que todos ellos viven, una casa valorada en unos 18 millones de euros, asentada sobre una superficie de cuatro hectáreas, que se caracteriza por la cantidad de luz que ofrece su interior.