Timpers, la “marca más normal del mundo” que fabrica zapatillas diseñadas por ciegos
Aitor, Roberto y Diego fundaron Timpers hace cuatro años. Tres amigos con discapacidad que se juntaron por azar para crear una empresa en la que la inclusión es su gran carta de presentación.
La historia de las zapatillas Timpers empezó en un campo de fútbol para ciegos en Alicante, en el Estadio de la Ilusión. El nombre del recinto parece elegido para este proyecto, pues si algo comparten sus tres socios fundadores es un ánimo inquebrantable por la marca y la misión social que iniciaron en 2019.
La semilla de Timpers brotó sobre el mismo verde al que regresan Aitor Carratalá, Roberto Mohedano y Diego Soliveres para contarnos la aventura que supuso la creación de esta marca. Recuerdan cómo hace cuatro años dejaron su Alicante natal para mudarse a unas oficinas en Valencia -aunque la producción de las zapatillas sí se realiza en Alicante-, y sacar adelante la empresa. Podría decirse que lo han conseguido con creces.
Aitor y Roberto, amigos desde el instituto, fantasearon con la idea de montar un negocio por su cuenta una noche de cervezas. Decidieron probar suerte en el sector del calzado, ya que Alicante es una región con una importante industria y empezaron vendiendo algunos pares a familiares y amigos, entre los que se encontraba el equipo de fútbol de la ONCE de Alicante, donde Aitor era el entrenador y Roberto, guía.
Llevaron las zapatillas a sus compañeros de equipo para pedirles su opinión y, por qué no, con la esperanza de que les compraran algunos pares. Paradójicamente, fueron los ciegos los que supieron ver en las zapatillas de Aitor y Roberto algo más. Diego, que era jugador, percibía las zapatillas de una forma diferente. Más que el diseño, se fijaba en el tacto del tejido, el dibujo de las suelas, el contraste entre materiales… Es entonces cuando decidieron que este sería el punto diferenciador de su incipiente marca: harían zapatillas diseñadas por personas con discapacidad. Y Diego, todo un torbellino de optimismo, entró en el proyecto, “como un elefante en una cacharrería”, bromea Aitor.
Hasta ese momento, Diego, estaba intentando dedicarse profesionalmente a la música tocando la batería, pero “me metí en la ONCE a vender cupón porque ya tenía la necesidad de trabajar”, cuenta. Entró en el equipo de fútbol como válvula de escape, por una necesidad de estar en grupo, sin saber que sería una oportunidad que le cambiaría la vida.
El naciente proyecto empezó a ganar concursos de emprendimiento y cierto reconocimiento. En mayo de 2019 consiguen una plaza en Lanzadera, la aceleradora de empresas de Joan Roig. Es el momento de mudarse a Valencia, dejar sus respectivas carreras (estudios de arquitectura en el caso de Aitor, ADE en el de Roberto y un contrato indefinido para Diego) y apostar, definitivamente, por Timpers.
No importa tanto la vista como el tacto
Uno de los elementos más destacables de las zapatillas Timpers ha sido siempre su diseño, hecho por personas que “veían” las zapatillas con sus manos. “Al principio nos centrábamos mucho en las sensaciones al tacto. Nos sentábamos en torno a una mesa tocando materiales y yo iba explicándoles a mis compañeros qué me sugerían”, explica Diego.
Más allá de la parte más estética, las zapatillas “tienen unas características que las hacen no solo diferentes, sino únicas, y es que intentamos que sean unas zapatillas referentes en todo lo que tenga que ver con la inclusión”, continúa Diego. Para ello, se han ocupado de incorporar contrastes de materiales y texturas para que, además de ser atractivas a la vista, también lo sean al tacto. Tienen cordones redondos, porque son más fáciles de atar y se enredan menos y también disponen de una línea de zapatillas con cierre de velcro.
Pero hay un detalle más hace de estas zapatillas unas Zapatillas Timpers. El nombre de la marca está bordado en relieve en braille, algo que, para Diego, como persona ciega, “es un orgullo que el sistema de lectoescritura con el que yo he crecido esté plasmado en el producto”. El braille está presente también en la suela, indicando la talla de cada zapatilla.
Cada par pasa por hasta veinte manos distintas hasta llegar al cliente, pues todo el proceso de fabricación es manual y, además, local. La fábrica de Timpers se encuentra en Orihuela y el resto de proveedores necesarios “se encuentran en la provincia de Alicante para reducir el impacto medioambiental. Siempre hemos fabricado aquí, primero porque somos alicantinos, y porque por el planeta merece la pena producir aquí cerca”, asegura Roberto.
De Alicante a los Juegos Paralímpicos
Antes de entrar al programa Lanzadera, rememora Roberto, “íbamos reinvirtiendo todo lo que generábamos. Ni siquiera cobrábamos, con lo cual era pagar para fabricar, vender y reinvertir”. Pero tras su llegada a la incubadora, “la escalabilidad del proyecto cambia”. En poco tiempo esta pequeña empresa alicantina ya alberga varios hitos en su haber, como calzar fuera de la pista a la selección paralímpica española en los Juegos de Tokio 2020 o al equipo de fútbol del Levante UD.
Cuando llegaron a Valencia, añade Diego, “simplemente éramos tres amigos con un montón de ganas y un proyecto que podía funcionar”, pero fueron progresando como compañía, aumentando el equipo, y hace dos años entraron a formar parte de la sociedad de inversión Angels, la fase del scale up después de Lanzadera. Habiendo logrado un crecimiento continuado a lo largo de estos años, ahora buscan formas de diversificarse y llegar a nuevos mercados. Internacionalizarse y contar con su propia tienda física son algunos de los desafíos que Timpers se plantea para seguir escalando el proyecto.
“Llevamos cuatro años que únicamente vendemos en nuestra página web y al final queremos llegar a más gente. Entonces estamos cambiando un poco la estrategia empezando a vender en otros sitios como Miravia”, cuenta Aitor. Miravia es un marketplace que reúne, en un mismo espacio digital, a marcas de primera línea en España -como Timpers- con consumidores y creadores de contenido para crear un espacio no solo de compraventa, sino de entretenimiento con las últimas tendencias en moda, belleza, deporte y estilo de vida.
El modelo de Miravia tiene un fuerte componente de apuesta por la innovación y las marcas locales, por eso marcas como Timpers confían en ella para adentrarse en la venta en marketplace. Todas las marcas, independientemente de su tamaño, cuentan con la posibilidad de tener una tienda propia dentro de la plataforma, un espacio que pueden personalizar a su manera e incluso interactuar directamente con los consumidores como si de su propia web se tratase.
La marca más normal del mundo
“Hemos visto el crecimiento en el número de pares que vendemos cada año pero, para mí, se ve sobre todo en el crecimiento del equipo”, asegura Diego. Estos tres emprendedores, que empezaron sin profesionalización y sin apenas idea del mundo de la empresa, han formado un sólido equipo de siete jóvenes, “con la alegría de saber que hemos ayudado a siete personas con discapacidad a entrar en el mundo laboral”, apunta.
Porque en Timpers, desde su concepción, lo más normal es tener una discapacidad. Para Diego, lo bonito de esta marca es que “nació antes el propósito que la propia empresa. Cuando empezamos a trabajar juntos, yo no sabía en ese momento que Aitor tenía fibrosis quística y que Roberto era trasplantado de riñón. Y cuando nos dimos cuenta de que por azar nos habíamos juntado tres personas con discapacidad, ahí es cuando dijimos que seguiríamos trabajando bajo el paraguas de esta filosofía”.
Tenían la oportunidad de demostrar que una empresa como esta podía ser tan rentable como cualquier otra en un contexto que no es el habitual. A pesar de que el número de personas con discapacidad en edad de trabajar crece regularmente, no lo hace su tasa de empleabilidad o, al menos, no al mismo tiempo que la de la población sin discapacidad. Solo 1 de cada 4 personas con discapacidad tiene empleo y las cifras son aún más acusadas en el ámbito del emprendimiento, donde representan apenas un 2% de los emprendedores.
Timpers es una positiva excepción gracias a que sus fundadores normalizaron su propia situación y lo extendieron al resto del equipo. “Es algo que ahora mismo llama la atención, pero es por eso que nuestro lema es ‘la marca más normal del mundo’, nos encantaría que en un futuro esto fuera algo normal”, cuenta Roberto. En algunas ocasiones, esto ha llevado a que se les conozca más como proyecto social que como una marca de moda, “pero nosotros siempre decimos que queremos que la gente nos compre por calidad y no por caridad”, concluye. La esencia de Timpers es una ilusión contagiosa por el proyecto, la misma que siguen poniendo Aitor, Roberto y Diego en cada par de zapatillas.
Historias de marcas Un proyecto de Miravia
Miravia, nuevo modelo de ecommerce y entretenimiento que pone en contacto en un mismo espacio digital a marcas, consumidores y creadores de contenido y que nace bajo el lema "Reivindica quién eres", quiere contar con este proyecto la historia de algunas de sus marcas españolas. Todas ellas reconocidas por haber sido pioneras por haber reivindicado desde el principio quiénes son: auténticas, valientes e innovadoras.
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