Beyoncé (42 años) está silencio. Lo que significa que, como sus millones de fans alrededor del mundo saben, está preparando algo grandioso. El pasado 29 de marzo publicó su octavo álbum de estudio, Cowboy Carter, por lo que, desde meses antes, en concreto desde enero, desde la gala de los GRAMMY, ya fue dando pistas de su nueva era a golpe de look. Para la citada noche de premios, lució un outfit diseñado por su amigo Pharrell Williams (51) para Louis Vuitton Homme. Cuero negro y sombrero de cowboy.
Ahora, la reina de la música lo ha vuelto a hacer. En esta ocasión, y para una sesión de fotos que ha publicado en sus redes sociales sin más sentido que el de nutrir de contenido su feed de Instagram, Queen B ha lucido un outfit del que EL ESTILO de EL ESPAÑOL conoce todos los detalles.
La pieza principal del look es una especie de abrigo de primavera diseñado por Roberto Cavalli nada más y nada menos que en el año 2002. Se trata del look 6 de la colección Spring-Summer 2002 del diseñador italiano, con quien, por cierto, Beyoncé trabajó mucho contacto durante aquella época, cuando publicó su primer álbum en solitario.
Cabe recordar que el creativo diseñó parte de su vestuario para la que fue su primera gran gira como Beyoncé, ya sin Destiny's Child. Imposible olvidar el vestido de noche de transparencias, plumas y cristales con el que Beyoncé entonaba su mítico Dangerously in love cada noche. Volviendo al diseño que acaba de lucir en su poderoso perfil de Instagram, la creadora de Crazy in love ha recuperado de su vestidor esta pieza extraída de una colección inspirada en un cuento de hadas moderno.
"Un cuento de hadas moderno", así describió Roberto Cavalli su colección de primavera verano 2002, la más sexy y folk. Las chaquetas de cuero cortadas con láser y los abrigos largos iban envejecidos y desgastados, al igual que los vestidos fruncidos y con volantes, microfaldas de encaje y jeans hiperdecorados.
[La chaqueta vaquera con la que Beyoncé anuncia el arranque de su nueva era: 'Cowboy Carter']
Los estampados florales y de leopardo, ADN absoluto de Cavalli, aparecieron en gasas, sedas y muselinas con incrustaciones barrocas; sus espectaculares vestidos de noche podrían pasar como lencería de alta costura, con su profusión de bordados, recortes y adornos decadentes.