El lujo silencioso llegó durante el año pasado para convertirse en una de las tendencias más representativas del momento. Una aproximación a la moda que se desmarca de la utilización de ropa llamativa y la logomanía que había dominado el panorama hasta el momento, al optar por prendas sencillas y sin marcas visibles. Este, que se basa en la elección de piezas de una altísima calidad que pasan al mismo tiempo un poco desapercibidas, es una vuelta al minimalismo de los 90 y en el que personalidades como Carolyn Bessette-Kennedy fueron un pilar fundamental.

Pocos elementos que construyen looks perfectamente armados y en los que las prendas más clásicas son las que marcan la pauta. Una paleta de colores neutrales en los que los negros, grises y blancos son los protagonistas y que se aúnan con siluetas rectas -ya sea en vestidos o pantalones vaqueros- para crear una estética elegante y en la que destaca la sencillez por encima de todo.

En el caso de algunas de las celebrities embajadoras de la tendencia, como Rosie Huntington-Whiteley, el estilo se caracteriza por la ausencia (normalmente, aunque también se incorporan de manera excepcional) de joyas o la reducción de estas a momentos clave y de gala, donde se opta del mismo modo por esas menos llamativas.

Vestido rosa maxiflor de Malne.

Sumado a lo anterior, tal y como demostraba la modelo en sus últimas apariciones públicas en la isla de Capri, hay una pieza fundamental que es el máximo ejemplo del lujo silencioso: los vestidos y las faldas. Estos, ajustados al cuerpo o ligeramente holgados, resumen a la perfección la estética que incorporan firmas Made in Spain como Malne, cuyos valores se centran en los diseños atemporales que pasan de generación en generación, la producción de calidad hecha de forma local en España y la elegancia.

En concreto este verano la marca ha incluido en su colección varios modelos que reúnen todas estas características y que son perfectos para llevar como invitada a ese enlace tan especial. Se trata de modelos de colores oscuros, que se adaptan a la perfección a esas bodas que pasan de la tarde a la noche y que incorporan detalles sofisticados como lentejuelas, pañuelos o flores. Además, estos incorporan algunas de las microtendencias más solicitadas de la época estival, como son las formas asimétricas y las flores 3D, para un resultado acertado y de actualidad con el que lucir el lujo silencioso.