Las creadoras de contenido se han convertido en el escaparate perfecto para poder sacar a relucir viejas glorias de sus armarios o, por qué no decirlo, llegar a crear sus propias tendencias, aunque luego puedan o no tener una buena acogida.
Si hay algo que demuestra el verano es que es la época perfecta del año para permitirse el lujo de probar y experimentar nuevas tendencias que durante el año profesional no tendrían cabida. Y alguien que lo tiene muy claro es Laura Escanes (28 años).
La influencer sigue disfrutando de un verano de ensueño y se encuentra disfrutando de unos maravillosos días de desconexión en Menorca junto a dos íntimas amigas. Y es que una vez más la catalana ha deleitado a sus millones de seguidores con un look que está dando mucho que hablar al combinar dos colores que, a simple vista, no suelen ir de la mano.
'Rosa y rojo, patada en el ojo'. Una frase que ha estado grabada a fuego en las cabezas de todos los nacidos entre los 90 y los 2000. Sin embargo, Laura Escanes no ha querido perder la oportunidad de rechazar esta vieja teoría combinando prendas y accesorios en ambos colores.
La influencer ha posado en un puerto de Menorca con un vestido rojo que se ha convertido en un imprescindible para este verano. Una prenda que destaca por su diseño semitransparente y un escote en 'V' que llega hasta debajo del ombligo, haciendo lucir a la creadora un 'tipazo' digno de modelo.
Estilismo de Zalando
El impresionante vestido lleva un fruncido a la altura de la cadera, precedido por una corta falda de tul con abertura al lado, lo que hace que la caía de la prenda sea espectacular. Una pieza digna de una mujer empoderada en pleno verano, pero que ya está prácticamente agotada en la página web de Zalando. Y es que, a pesar de costar 104,99 euros, ninguna ha podido resistirse a su encanto.
Aunque el vestido en sí llama la atención a propios y extraños, lo cierto es que si hay algo que ha copado el foco es la combinación de accesorios utilizada por Laura. La influencer no ha dejado indiferente a nadie al lucir un bolso y un collar en color rosa para desmontar la arcaica teoría de que el rojo y el rosa no deberían llevarse a la vez.