Tamara Falcó (42 años) y su marido, Íñigo Onieva (35), están viviendo un segundo verano como casados todoterreno. La pareja sigue disfrutando de la paradisiaca isla de Maldivas, donde aprovechan cualquiera de los paisajes que les rodean para sacar instantáneas de ensueño. 

Maldivas es sinónimo de lujo, exclusividad y tranquilidad. Es un destino que evoca la idea de escapada perfecta, donde cada detalle, desde el alojamiento hasta los estilismos, refleja un estilo de vida superior.

Durante estos últimos años, la hija de Isabel Preysler (73) ha demostrado que el buen gusto por la moda es algo que viene de familia. Y en otra ocasión más, la marquesa de Griñón ha demostrado por qué es una de las mujeres que más sabe de moda de nuestro país.

Tamara e Íñigo han tenido la oportunidad de vivir un atardecer mágico a cuestas del barco en el que se encuentran en las islas. Para esta ocasión tan especial, la socialité ha optado por estilismo que captura a la perfección la más pura esencia del lugar: un vestido ligero, cómodo, pero sin dejar de lado la sofisticación que caracteriza a Falcó y toda su familia. 

El vestido forma parte de la firma catalana Babbaki y ha sido confeccionada en tejido 100% algodón voile. Todo un ejemplo de cómo la moda puede ser tanto ética como estética. La pieza destaca por el print floral sobre un fondo turquesa que se fusiona de manera armoniosa con los tonos del paisaje maldivo.

Estilismo de Babbaki.

Si ya el vestido destaca por su estampado floral así como por presentar un color de lo más especial, lo que más ha llamado la atención de la prenda son las mangas cortas abullonadas. Un detalle que ofrece un aire romántico a la par que femenino. La abertura de la espalda, por su parte, aporta un toque más 'desenfadado' que no desentona con el paisaje elegido. 

Un outfit para el que Tamara ha sabido escoger los accesorios perfectos. Unas sandalias planas, perfectas para unas vacaciones en las que el descanso y la desconexión de la rutina son primordiales. Además, la influencer ha lucido un bolso de mano en acabado de mimbre, que añade un toque natural al conjunto.