Mediados de julio, las vacaciones están a la vuelta de la esquina y aún sigues con la piel blanca. Temes ese primer día de playa o piscina en el que el bikini deja en evidencia tu ausencia de color. Y te peleas todas las mañanas con tu armario porque nada de él se te presenta apetecible. Por suerte, tenemos la solución. Y no, no nos referimos a las cabinas de rayos UVA que, por cierto, aceleran el fotoenvejecimiento cutáneo.

Se trata de un método mucho más rápido, sencillo y, también, económico: los autobronceadores. Sabemos que en torno a ellos existe un miedo injustificado. Por culpa de un mal uso y la apuesta por marcas de mala calidad, se han extendido numerosos falsos mitos como resultados anaranjados, manchas en la ropa e, incluso, malos olores. Pero nada más lejos de la realidad.

Utilizados de manera adecuada, los autobronceadores pueden convertirse en un gran aliado para conseguir un tono de piel dorado, uniforme y muy natural. Y, lo mejor de todo, cuidando nuestra piel. Seguramente no lo sabías, pero están elaborados a base de extractos vegetales y vitaminas de acción hidratante, antiedad y protectora. Y es que el único secreto para otorgar un color progresivo no es otro que la Dihidroxiacetona, una molécula natural derivada de la caña de azúcar frecuentemente utilizada para tratamientos y cosmética bronceadora.

TIPS DE USO: PRE, DURANTE Y POST BRONCEADO

Si quieres conseguir un tono perfecto y duradero, toma nota de los siguientes consejos:

1.- EXFOLIA

Para conseguir un resultado homogéneo es muy importante exfoliar bien la piel para eliminar células muertas y conseguir dejarla libre de impurezas e imperfecciones. De esta manera, evitaremos que durante la aplicación haya zonas que queden más bronceadas que otras. Por ello, es recomendable exfoliar 24 horas antes de la primera aplicación y, posteriormente, repetirlo de manera suave 1 ó 2 veces por semana para evitar acumulación de producto.

2.- APLICA DELICADAMENTE

Los autobronceadores hay que ponerlos muy poco a poco, de manera suave y extendiendo el producto a partes iguales por todo el cuerpo. Solo así conseguiremos evitar el temido efecto antinatural y anaranjado. En este sentido, es muy importante prestar especial atención a los codos, rodillas y tobillos; zonas rugosas que suelen acumular más queratina y, por lo tanto, cogen el color más rápido que el resto del cuerpo. Además, para evitar un tono pardo, lo ideal es aplicarlo sobre la piel húmeda y muy hidratada como, por ejemplo, tras la ducha.

3.- MENOS ES MÁS

Uno de los mayores errores con el uso de estos cosméticos es creer que sus resultados son visibles inmediatamente. En realidad, se necesitan horas e, incluso, días. No son maquillajes ni tampoco tintes, por lo que para ver un progreso es necesario esperar pacientemente. Para evitar caer en el fallo de abusar de éste, se recomienda aplicar poca cantidad y alargar el proceso hasta conseguir el resultado deseado.

4.- NO LO CONFUDAS CON TU CREMA SOLAR

¡Recuerda! Los autobronceadores no llevan filtros solares, por lo que no nos protegen del sol. Si vas a exponerte al sol debes aplicarte también un producto con SPF, solo así conseguirás un bronceado perfecto y evitarás problemas como la hiperpigmentación y sus temidas manchas solares.

5.- ELIGE SIEMPRE EL QUE MEJOR SE ADAPTE A TUS NECESIDADES

Por suerte, en los últimos años el mundo de la cosmética ha conseguido grandes avances en el ámbito de los autobronceadores. Hoy en día, los productos que encontramos en el mercado son fáciles de aplicar, no manchan la ropa y dejan la piel suave y brillante. Además, gracias a su amplia variedad de texturas -gel, crema, mousse, loción, spray o aceite- podrás escoger la que mejor se adapte a tu tipo de piel y gustos: