Gwyneth Paltrow, criticada y alabada a partes iguales por sus famosos hábitos alimenticios, es fan número uno del té matcha. Jessica Alba se declara públicamente adicta y Kate Mara ha sido mil veces fotografiada acompañada de esta bebida japonesa que se puso de moda el verano pasado y que, lejos de caer en el olvido, se reinventa. Porque su reinado aún no ha terminado.
Con un sabor vegetal intenso, su consumo aporta energía y numerosos beneficios diuréticos. Activa el metabolismo, con lo que su consumo regula el apetito y ayuda a mantener el peso, -no, los alimentos no adelgazan-. Además, es un fuerte antioxidante que favorece la renovación celular, combate el envejecimiento de la piel y mejora la retención de líquidos. Disminuye el colesterol y contribuye a regular los niveles de triglicéridos. En definitiva, una taza de té matcha equivale a diez vasos de cualquier otro té, con lo que sus beneficios se multiplican, y mucho.
El té verde matcha, como tradición japonesa, se prepara siempre de uno en uno. Y cuando has hecho el primero, pasas al segundo. Sin embargo, su sabor característico y su versatilidad permite darle muchas alternativas a su versión más clásica. Frutos secos, como el anacardo y la almendra, o frutas como el coco son endulzantes naturales que suavizan esta bebida. La leche le da textura, los bizcochos que lo utilizan como ingrediente estrella son siempre esponjosos y, si te atreves, la sopa es la formas más arriesgada de tomarlo. Descubre nuestra ruta para probarlas todas.
DULCE Y FRÍO
Porque así es como nos lo pide el cuerpo en verano. En Magasand (C/ Columela 4, Madrid) elaboran un cremoso batido de té matcha frappé que endulzan con sirope de agave ecológico y leche semidesnatada. En la pastelería PANDA by Nattori Hanzō (C/ Mesonero Romanos 17, Madrid), la primera pastelería japonesa de Madrid, su versión original es la más solicitada. Con leche de soja y kinako o soja tostada, puedes pedir su versión iced té matcha frappé, aún más fría.
En Moozen (C/ Peu de la Creu 19, Barcelona) puedes tomar zumos, smoothies y su increíble frappé de matcha, con leche de avena o normal, pero siempre con una textura muy agradable. Y en Bendita Locura Coffe & Dreams, lo preparan tanto frío como caliente, siendo parte fundamental de sus deliciosos (y completos) desayunos y meriendas.
Para los que prefieren empezar por el principio, en Yoka Loka, en el madrileño Mercado de Antón Martín (C/ Santa Isabel 5), sirven el matcha latte caliente y frío, sin versiones. Con productos de la compañía The Matcha House, (que también puedes conseguir en su tienda), puedes endulzarlo o tomarlo en versión batido.
EN SUAVES BIZCOCHOS
En el barrio más cañero de la capital, Malasaña, HanSo Café (C/ Pez 20) ha conseguido convertirse en uno de esos lugares que nos traen Asia al centro de la ciudad. Sus dueños, de origen chino, han reinventado el té matcha en multitud de formas, desde un sencillo pero delicioso matcha latte hasta el bizcocho perfecto para combinar con alguno de sus cafés. Muchas de sus opciones son, además, aptas para celiacos.
Enso Sushi que, además de traernos esta primavera el menú callejero más famoso de Japón con el damburi de atún como plato estrella, ofrece en su carta dos deliciosas versiones para este té verde: trufas de matcha, acompañadas siempre de chocolate negro o el tiramisú de matcha, porque la fusión italo-japonesa también es posible.
Otro de los templos de la capital en lo que a tés se refiere es Tekoe Madrid, (C/ de las Huertas 22), donde la carta de repostería no hace más que crecer: desde una deliciosa tarta hasta un bizcocho marmolado, un moderno rollcake o unos pequeños macarons. Y si te gusta ese formato en roll, en Okashi Sanda (C/ San Vicente Ferrer 22, Madrid) es uno de los postres estrellas de la carta, relleno de nata y recubierto de chocolate.
Pero, si hay un dulce que sorprende en su versión té matcha es, sin duda, el croissant que preparan en la pastelería de Takashi Ochiai (C/ Urgell 110, Barcelona). Además de su exquisito batido, una de las piezas más emblemáticas de la pastelería parisina se hace asiática gracias a este relleno de crema de matcha.
BIEN HELADO
La guinda perfecta a una comida copiosa en verano: helado y té juntos. En Sushita Café (C/ de Alberto Aguilera 52, Madrid) ofrecen un rico helado de té matcha con stracciatella, elaborado con ingredientes ecológicos; la versión helada de esta mágica combinación. En cualquiera de las heladerías artesanales de Mistura, repartidas por la capital, puedes personalizarlo y añadir el topping que más te guste. Pero déjate aconsejar siempre por tu barista. Los rumores advierten que es el mejor de la ciudad.
Otra de las opciones es Usagui (C/ Santjoanistes 28, Barcelona), una tetería nipona en la que la mayoría de los pasteles, pastas y helados tienen al té matcha como protagonista. Y, si quieres uno diferente, sin duda, Mr. Kakigori (Ramblas de Poblenou 36, Barcelona), donde elaboran uno de los típicos helados de nieve japonés: hielo triturado con un extra dulce en formato de sirope.
Y, POR SI QUIERES LLEVÁRTELO A CASA
No pueden faltar las opciones take away, para tomarlo tranquilo en casa. En Lfont Tea Mountain (C/ Martín de los Heros 37, Madrid) están convencidos de todos sus beneficios y, además de venderlo, están encantados de contarte su historia, cómo prepararlo o conservarlo; pudiendo optar por cualquiera de las opciones que te ofrecen. Desde uno orgánico para beber hasta otro preparado para cocinar. O en Amaté (C/ Argensola 6, Madrid), con una sección completamente dedicada al té matcha, con todas sus variedades y los accesorios específicos para una elaboración tradicional.