Aunque abrieron sus puertas hace tan solo dos meses, Malvy’s Shake ya se ha ganado un puesto de honor en Instagram. Y no es para menos. Todo aquel que haya pasado por su pequeño local de la calle San Onofre 6 (próxima a Fuencarral), lo habrá comprobado. Y es que sus batidos y helados no dejan indiferente a nadie.

Todo, desde su decoración y paredes en tonos pastel hasta su ambiente, respira a dulce. Y a internacional. Porque esa es la idea de su propietaria Yolanda, quien tras viajar por ciudades como Nueva York, Japón o Londres ha querido abrir en Madrid “un nuevo concepto de heladería en la que reunir los éxitos de algunas partes del mundo que aún no han llegado a España y siempre con los productos de mejor calidad”. En este sentido, Malvy’s Shake ha traído directamente desde Londres los black scones y el cotton candy, un cono de galleta, con cremoso helado y topping de crocanti o virutas de chocolate rodeado de una gigantesca nube de algodón de azucar. O el ya popular taiyaki japonés, un gofre-helado con forma de pez que ha cruzado fronteras con una clara intención: conquistar la capital madrileña.

Creaciones que, como ellos mismos anuncian, irán variando en su carta a lo largo de los próximos meses, a excepción de su producto estrella: los crazy shakes. Unos batidos XXL made in Nueva York con sabor a chocolate, café, avellana, plátano, fresa, galleta oreo o cookie; recubiertos prácticamente de todo topping que se pueda imaginar y que harán las delicias de los paladares más dulces. Y, también, de los más exigentes. Porque, como bien indica su nombre estos “batidos locos” se presentan con las creaciones más originales y divertidas que “más que una merienda parecen pequeñas obras de arte”.

Bebidas que, además de ser totalmente instagrameables, destacan por su producción artesanal. Y es que en Malvy’s Shake, los ingredientes, son lo más importante. Por eso, todo desde las cremas hasta los productos que utilizan para decorar los batidos y helados son realizados por ellos. Además, ofrecen también la posibilidad de elegir el tipo de leche -entera, desnatada, de soja o sin lactosa-; e, incluso, cuentan también con helados veganos. Para que no haya nadie que pueda quedarse sin probar sus sorprendentes creaciones.

Batidos y helados tan elaborados que, a veces, hasta da pena hincarles el diente. Aunque, al final (y como era de esperar), la tentación siempre gana. Porque como bien rezan sus paredes, son “Crazy but delicius”. Y si no nos crees, te retamos a que lo descubras por ti mismo.