No pocos hombres se preguntan cómo utilizar tirantes, esa prenda que se ha vuelto a rescatar después de tantos años.
Inventados en Londres en 1820 por Albert Thuston para poder sujetar los pantalones y permitir al hombre una mayor libertad de movimiento con el traje, los tirantes fueron prenda estrella durante más de un siglo. Pero tras la Primera Guerra Mundial se cambió el tiro en los pantalones, dejando paso al cinturón.
La función de los tirantes es mantener el pantalón en su sitio. Por otro lado, evita que se mueva y se vea por debajo de las prendas del conjunto, como pasa con el chaleco o el chaqué.
Además, son perfectos para los hombres más voluminosos porque no crean bolsas en el delantero. Sin duda, los tirantes hacen que los pantalones sienten mejor, ajustándose perfectamente a la cintura.
Pero si te vas a poner tirantes existen ciertas normas para lucir bien con ellos. En primer lugar, asegúrate que sea con pantalones que no tengan trabillas para el cinturón, si no botones para asegurar los tirantes. Además suelen tener una cintura generalmente más alta que los clásicos.
Recomendamos que evites los tirantes de pinzas o de clip. Puede resultar muy molesto que se despincen cada cierto tiempo. Lo mejor es que los uses de latiguillo, que son los que encajan con los pantalones con botones interiores para sujetarlos.
Debes regular el tirante para que sujete el pantalón en la cadera. Ajústalo a medida, porque si te tira un poco, puedes acabar con dolor en diferentes sitios del cuerpo.
Bajo ningún concepto se puede usar tirantes y cinturones a la vez. Parece obvio, nosotros sólo avisamos.
Tradicionalmente los tirantes han sido una especie de prenda interior. La etiqueta hoy en día es más flexible y no pasa nada si se muestran, aunque no sería lo habitual. Si llevas traje con tirantes, no debes quitarte la americana hasta llegar a casa porque los tirantes no se pueden mostrar.
De hecho, perdieron popularidad cuando en los años 20 comenzó a ganar protagonismo el chaleco, dejando entrever los tirantes.