Tener y mantener una barba perfecta no es asunto sencillo. Y su cuidado nunca se deja en manos de cualquiera. La barba, que muchos calificaron como una moda pasajera, es más que una tendencia: es una verdadera forma de expresión. Y es por eso que el barbero, aquella figura de prestigio cuyos orígenes se remotan a la prehistoria, ha recuperado su valor con más fuerza que nunca gracias a los más nostálgicos.
La esencia castiza de este oficio en desuso ha ido despertando y calando, poco a poco, gracias al saber hacer de peluqueros y barberos que, a corte de navaja, han ido perfeccionando el arte del grooming masculino. Su trato personalizado, las tradiciones típicas del oficio, así como los productos artesanos, han cautivado a todo gentleman -y cómo no, hipster- que se precie.
El Kinze de Cuchilleros
Abierta desde 1900 en el número 15 de la calle Cuchilleros, junto a la Plaza Mayor, se encuentra una de las peluquerías de caballero más antiguas y castizas de la capital. De decoración tradicional, sus paredes plagadas de fotografías y recuerdos hablan de más de 100 años de historia que ha estado marcada por el manejo de la cuchilla de hijos y nietos. Y es que “El kinze”, que así es como popularmente se le conoce, es un negocio de tradición familiar.
Entre sus maravillas decorativas nos encontramos elementos propios de las antiguas barberías, como el sillón que expone en su puerta o un esterilizador de herramientas a base de pastillas de cianuro que, perfectamente, podría convertirse en un objeto de coleccionista.
Famosos por su arreglo de mentones y el afeitado a navaja, por este curioso local son frecuentes Arturo Pérez Reverte, Pepón Nieto, Javier Cámara o Javier Gutiérrez, entre otros. Además, se ha convertido en lugar recurrente de grabaciones, rodajes de spots y sesiones de fotografía.
Barbería Malayerba
Situada en pleno corazón del barrio de Malasaña, junto a la Plaza del 2 de Mayo, Malayerba es un guiño al pelo que crece deprisa como la mala hierba que hay que cortar.
Su local de cuidada estética retro con sabor a la década de los años 50, ofrece un espacio masculino a la vieja usanza donde sus profesionales combinan los cortes y rituales del afeitado clásico con las técnicas, cortes y productos más actuales. Entre ellos, destaca su propia línea de productos artesanales para el cuidado del cabello y la barba que, de la mano de Olivia Soaps, han desarrollado utilizando únicamente materias primas de origen 100% ecológico.
Además, su amor por los detalles va más allá del procedimiento de cuidado, ofreciendo la oportunidad de disfrutar del privilegio de tomar un buen whisky mientras que te dejas asesorar por sus barberos.
Peluquería Vallejo
Situada en el centro de Madrid en la calle Santa Isabel 22, nos encontramos esta pequeña y castiza peluquería y barbería. Fundada en 1908 es hoy día una de las más antiguas de Madrid que, pasando su legado de padres a hijos, ha sabido mantener su esencia y seguir siendo una de las más importantes de la capital.
Su magnífica fachada de azulejos originales de 1900 -pintados a mano por artesanos de Talavera-, no deja indiferente a nadie. Es dificil pasar por su puerta y no apreciar su estética. En sus comienzos era tal su popularidad que los turistas, nada más poner los pies en Atocha, se acercaban corriendo a Vallejo para conseguir un aspecto refinado y sofisticado.
Barbas como la de Ramón y Cajal o Gregorio Marañón se dejaron asesorar por sus profesionales. En la actualidad, el salón conserva los sillones, la caja registradora y los esterilizadores; así como navajas, secadores de pelo y maquinillas manuales de antaño.
Lucas M36
Con una decoración muy llamativa y de cuidada estética rockabilly, Lucas M36 en Calle Monte Esquinza 36 nos abre las puertas a un ambiente masculino, con personalidad y en el que se respira moda, tendencia y tradición a partes iguales.
Aunque se trata de una peluquería, sus propietarios Jorge y Jaime han sabido posicionarse entre las mejores barberías ofreciendo también los servicios del corte y cuidado de la barba a navaja. Tal y como lo hacían antiguamente. Aunque, eso sí, con su característico y personal toque rebelde y actual.
El local, que cuenta con una amplia selección de publicaciones y revistas, es el lugar perfecto para dejarse cuidar por los especialistas, mientras te sumerges en un ambiente único y singular.
Malditos bastardos
Situada en pleno Mercado de Barceló nos encontramos con una barbería que, tomando su nombre de la popular película de Quentin Tarantino, bebe de la esencia de la década de los años 50 y 60.
Con paredes plagadas de fotografías, detalles cuidados al milímetro y un ambiente muy de la vieja escuela; sus profesionales han conseguido hacer de su trato personalizado el sello de identidad de la barbería. Así, junto con su afeitado a navaja -como lo hacían antiguamente- y sus cortes clásicos, hacen de Malditos Bastardos una de las mejores barberías de la capital Madrileña para tipos exigentes.
El lugar perfecto para conseguir un aspecto cuidado y actual mientras degustas una buena cerveza o bourbon al ritmo de la mejor música de la época.