Su actitud, tanto dentro como fuera de la pantalla, enamoró a toda una generación. Hicieron de su debilidad su punto fuerte y consiguieron transmitir, con cada uno de sus personajes, su personalidad y su estilo único. Ésta fue su seña de identidad y, sin duda alguna, lo que les llevo a convertirse en todo un icono de estilo y forma de vida. Porque, como bien dijo el periodista Alfred Tong del Telegraph:
Para los hombres, un icono de moda va mas allá del mero hecho de la ropa que lleva. Representa carisma, carácter y confianza.
Y esto es, precisamente, lo que estos actores consiguieron. De forma accidentada, marcaron un antes y un después en el estilo masculino. Llevaron tendencias mucho antes de que éstas se consideraran como tal e, incluso, fueron responsables de crear looks únicos que aún hoy día siguen inspirando a numerosas marcas y diseñadores. Y es que, como Yves Saint Laurent siempre decía, en cuestión de moda: “el estilo es eterno”.
JAMES DEAN, effortless atemporal
Fue y siempre será el chico rebelde de la pantalla. Su belleza, actitud y personalidad le convirtieron, pese a su corta vida –falleció con tan solo 24 años en un accidente de tráfico-, en todo un icono de moda y estilo. Su papel en la película Rebelde sin causa (1955), en la que aparecía con camiseta blanca y bomber definieron la forma de vestir de los adolescentes de la época. Dean hizo de esta prenda su mejor aliada para transmitir esa personalidad relajada que a tantos corazones conquistó. Un estilo effortless al que también era fiel en su día a día.
Siempre en pro de las prendas sport, hizo de la ropa vaquera su seña de identidad. Raro era no verlo luciendo unos jeans 101 Rioders de Lee, una perfecto negra y botas de cuero. O, en su defecto, Converse. Un look sencillo de inspiración rebelde al que el actor consiguió otorgarle su propia esencia y convertirse así en todo un referente.
STEVE MCQUEEN, elegancia masculina
Refinado pero a la vez rebelde. McQueen siempre tuvo las ideas muy claras, sabía qué era lo que le sentaba bien y lo que le gustaba; por eso, nunca dudó en trasladar su estilo personal a los personajes que interpretaba. Prueba de ello fueron las míticas Persol 714, una de las gafas más populares del cine y cuyo éxito se lo debemos al actor que, en pleno rodaje de El caso de Thomas Crown (1968), convenció al director del film para que le dejara llevar sus gafas de sol también como Crown. La decisión fue, sin duda, todo un acierto que consiguió otorgarle gran carácter al personaje. Algo muy similar fue lo que ocurrió también con el reloj Tag Heuer Monaco, un diseño que McQueen lució por primera vez en la película Le Mans (1971) y que acabó convirtiéndose en seña de su estilo y también en icono de la firma relojera.
En cuanto a su forma de vestir fuera de la pantalla, el actor siempre fue fiel a looks en tonos neutros y cómodos, protagonizados por prendas clásicas de corte informal: pantalones chinos, vaqueros de corte recto, camisetas básicas y camisas. Aunque si hay dos prendas que le definen a la perfección, estas son las cazadoras Harrington y los jerséis de lana con cuello batín; prendas que el actor popularizó en la época y que hoy siguen siendo símbolo de elegancia masculina.
MARLON BRANDO, puro Rock & Roll
Su interpretación de Johnny Srabler en la película El salvaje (1953) lo consolidó como el primer bad boy de la gran pantalla. Su atrevido look motero siempre quedará grabado en nuestras retinas: boina, perfecto negra y básica blanca a lomos de una motocicleta. En ese momento no lo sabía, pero su estilo marcaría la forma de vestir del hombre de los años 50 y definiría la estética Rock & Roll mucho antes de que ésta se considerara tendencia.
Una estética que potenciaría sacando todo su sexappeal gracias a su aparición en Un tranvía llamado deseo (1951). Film en el que sacó a relucir todo su encanto personal consiguiendo, además, convertir algo tan sencillo como una camiseta interior blanca en un must have (de ayer y de hoy) del estilo masculino.
PAUL NEWMAN, la leyenda de ojos azules
Hablar del actor de Ohio es hablar de la elegancia personificada. Clásico y siempre fiel a looks de aspecto relajado y casual, los estilismos de Newman nunca parecían estudiados. Su seguridad y su belleza masculina de intensa mirada azul le convirtieron en uno de los actores más imitados y queridos, tanto dentro como fuera de la pantalla. Y su estilo sigue siendo hoy día todo un referente.
La clave de su éxito residía en la combinación de prendas clásicas como pantalones sastre con camisas y jerséis de corte sport. Era la mejor representación del estilo gentleman, huía de las estridencias, siempre se decantaba por los básicos de fondo de armario y vestía de colores sobrios como el negro o el gris. Y si tenía que ir de traje, apostaba por los Slim. En cuanto a los accesorios: reloj clásico, corbatas finas –solo si era necesario- y gafas aviador Ray-Ban.
ALAIN DELON, seducción francesa
Uno de los actores más atractivos del cine francés, poco le hacía falta para resaltar su encanto personal. Y es que, al igual que las parisinas como Bardot o Françoise Hardy, Delon tenía ese je ne sais quoi con el que conseguía que la prenda más anodina se convirtiera en fundamental de cualquier fondo de armario.
Su mata de pelo negro, sus pómulos definidos y una actitud descarada le alzaron como el trendsetter de los años 60 y 70. Su filosofía siempre era el "menos es más"; por eso, en sus looks nunca faltaron camisas, jerséis de cuello caja, trajes y, por supuesto, la prenda parisina por excelencia: el trench.
ROBERT REDFORD, 80 años de elegancia sofisticada
Mirada profunda y de rasgos muy definidos, Redford puede presumir de haber sido, hasta el día de su retirada, uno de los actores más atractivos del celuloide. De elegancia sofisticada, no hay película en la que su clásico estilo no llamara la atención. Y aunque seguía siempre las directrices del guión, su sello personal siempre estaba implícito.
Era masculino, buscaba siempre el look casual y por eso entre sus favoritos siempre se encontraban las americanas de paño, los jeans y los abrigos siempre con la solapa levantada. Un toque muy simple pero que, sin duda, era la clave de su éxito. Los trajes le sentaban como un guante, las camisas siempre las llevaba remangadas y si tenía que elegir un solo complemento, ese era siempre una gafa de sol estilo aviador.
JEAN-PAUL BELMONDO, belleza irreverente
Este actor francés sedujo al público con su carisma, desparpajo y belleza no convencional. Se dio a conocer en 1960 gracias Al final de la escapada (1960) de Godard y se convirtió en el anti-héroe de toda una generación. Antes de actor fue boxeador, de ahí su cuerpo atlético que tantas pasiones levantó. Siempre con un cigarrillo en la boca, su estilo estaba formado por básicos de fondo de armario pero siempre con ese característico toque francés: prendas de punto, pantalones de pinzas, boinas, sombreros, camisas y, de nuevo, el siempre perfecto trench.