Si Charles Perrault hubiera escrito La Cenicienta en este siglo, hubiera sido ella la que le habría puesto al príncipe el zapato de cristal de tacón. Después de reivindicar la falda para el armario masculino, los tacones para hombres llegan a la pasarela pisando fuerte.
Recientemente en la Semana de la Moda Masculina de Milán, la firma Dsquared2 mostraba a sus modelos más altos que nunca, luciendo plataformas y tacones, en la presentación de su colección Primavera 2017.
En la cuarta edición de la Semana de Moda Masculina de Londres, donde se presentaban las colecciones para este otoño/invierno 2016-2017, el joven diseñador J.W Anderson, actualmente jefe creativo de Loewe, destacó por presentar unos diseños masculinos con una clara influencia femenina. Entre sus estilismos, pantalones cortados a la altura del tobillo, para que también los hombres puedan lucir tacones y plataformas.
Casas de moda como Hood By Air presentaron en su colección para este otoño/invierno 2016-2017 botas de mosquetero de tacón fino, hechas en charol rojo. Su forma recuerda a las que llevaba Julia Roberts en Pretty Woman. ¿La diferencia? La pierna enfundada en este calzado es la de un hombre al más puro estilo portero de discoteca, con tatuajes y expresión de tipo duro.
Aunque nos sorprenda, los tacones son cosa de hombres. Todo empezó en Persia, en el S.XVI, donde este tipo de calzado era utilizado por los varones de clases altas para subirse a los caballos. Los aristócratas europeos, debido a su admiración por el Imperio Otomano, comenzaron a interesarse por ellos, considerándolos como símbolo de virilidad.
Fueron las mujeres quienes se apropiaron de este complemento, hasta entonces propio de los hombres, que desprendía masculinidad. Con la Ilustración, la moda giró hacia la funcionalidad y utilidad. Se renuncia así a lo que se conocía como “macho” y el hombre comienza a “bajar” al mundo real perdiendo altura por sus pies.
Pasaría mucho tiempo hasta que los westerns de Hollywood mostraran a los vaqueros, con sus botos camperos, en lucha contra los indios. Y habría que esperar a la década de los 60, para que llegara el estilo country, tan de moda esta temporada gracias a la serie Nashville.
Hombres viriles, de campo y enfundados en unos pantalones vaqueros, recuperan la función persa de los tacones y comienzan a calzar lo que conocemos como botas de cowboy, de punta triangular y tacón. Pronto traspasan las fronteras de los ranchos y llegan a la calle y a los escenarios, convirtiéndose en una prenda estrella. Cantantes como Bono de U2 y Keith Urban son embajadores de este tipo de calzado, que no sólo suma estilo sino también altura.
En los 70, década de la música disco y el glitz (los brillos de las lentejuelas y los reflejos de las bolas de discoteca) llegaron las plataformas para hombres. Esta tendencia pegó fuerte en la época pero se extinguió junto a la palabra "guateque". Algunos de los rostros conocidos que se atrevieron a subirse a estas alturas fueron David Bowie, Elton John y los componentes del grupo ABBA, entre otros. Y hasta The Beatles los lucieron, aunque más tímidamente.
Pero si hay una figura que, en la época de los 90, consagró los tacones para hombre y los subió a lo más alto de los escenarios fue el fallecido Prince. Entre sus estilismos, nunca faltaba este calzado, que lucía en sus actuaciones y en su vida diaria, ajeno a las críticas, a las que respondía: “A pesar de todo, nadie puede dictar lo que eres”.
Hoy día la moda “agénero” (como se conoce a la tendencia que no tiene distinción por el sexo) se ha generalizado y ya no sólo se muestra en las pasarelas sino que puede verse por la calle. A ello ha contribuido el que se venda en cadenas de moda rápida. Establecimientos como The Kooples y Topshop se han unido a esta causa y los grandes almacenes Selfridges han creado toda una sección con el nombre agender, que reúne a importantes firmas como Metro, Comme des Garçons, Jeremy Scott, Maharishi o Yohjiyamamoto.
Estos diseñadores le han dado una vuelta de tuerca a la tendencia unisex (término acuñado en 1960), que está más en auge que nunca. Empezaron las chicas robándoles los vaqueros a sus novios, y hoy son cada vez más los hombres que protagonizan fotos luciendo orgullosos sus tacones.
El tiempo dirá si la tendencia pasará o se instalará definitivamente en nuestros armarios. Chic@s, ¿os imagináis pidiéndole unos zapatos de tacón a vuestras parejas para salir a cenar?