Una pizarra en la puerta del establecimiento, The Closet, anuncia:"Funcionamos como una biblioteca, pero con ropa". Abrieron hace tres meses, y tienen ya más de sesenta socios apuntados a esta iniciativa de intercambio. Xácome Froufe, uno de los siete fundadores, define este proyecto como “un club en el que los socios comparten un armario”.
El local está situado en la calle Santa Ana, en pleno barrio madrileño de La Latina. Se mezclan prendas vintage y de segunda mano con modelos de diseñadores emergentes como Paco Benavente, Euphemio Fernández, Héctor Samblás, House of M, Kreativa Kollective, mSidonia o Paloma Cabrera, entre otros. Ya cuentan con unas 2.000 prendas de chico y chica que se renuevan cada tres meses.
El funcionamiento es sencillo: cada socio paga una cuota al mes (la básica es de 29,95 euros) y, con ella, obtiene 100 puntos con los que puede llevarse prendas todas las veces que quiera. La única condición, como en una biblioteca, es que la prenda sea devuelta, en perfectas condiciones, en el tiempo acordado. Cada artículo tiene una etiqueta con el número de puntos que "cuesta" llevárselo. Una vez que devuelves la prenda, recuperas los puntos que te costó, y puedes volver a llevarte algo distinto. Una de sus grandes ventajas (que seguro te van a convencer) es que The Closet se ocupa de lavar, planchar y cuidar la ropa, tú quedas libre de tareas domésticas.
Esta firma de consumo colaborativo está desarrollando un software de gestión de una biblioteca que cederán a cualquier persona o colectivo que quiera abrir una biblioteca de ropa como la suya. Saben que no van a cambiar el mundo de la moda, pero quieren generar un movimiento de consumo más responsable.