La diseñadora francesa Sonia Rykiel murió de madrugada en su casa de París, a los 86 años. Considerada "la reina del punto", ayudó a construir un imperio pero estaba retirada desde 1995, pues padecía Parkinson desde hace casi 20 años.
François Hollande ha dado el pésame a la familia de la diseñadora, a la que describió como una pionera que “ofreció a las mujeres libertad de movimientos" y que "no sólo inventó un look, sino también una actitud, una manera de vivir y de ser".
El Presidente galo añadió que el estilo de Sonia Rykiel “permanecerá como símbolo de su notable trabajo con el color, la naturaleza, la fluidez y la luz”, en referencia los colores vivos y las rayas que fueron señas de identidad de su estilo.
Sonia Rykiel nació en París el 25 de mayo de 1933, de madre rusa y padre rumano. Después de trabajar un tiempo como escaparatista, en 1953 se casó con Sam Rykiel, cuya familia tenía una boutique en la capital gala. Cuando estaba embarazada, al no gustarle la ropa premamá de la época, se puso a tejer vestidos de punto y otras prendas que le permitieran ir cómoda y más tarde empezó a venderlas en la boutique de su marido.
En 1968, abrió la primera tienda con su nombre en Saint Germain des Prés de la Rive Gauche, el barrio de París que fue refugio de artistas, escritores, filósofos... desde allí ayudó a dar a conocer el Prêt a Porter, liderando el movimiento en favor de ropa, más asequible y moderna, que tuvo lugar en los años 70 en París.
Hasta entonces habían dominado la escena de la moda los modistos que hacían Alta Costura y a partir de ese momento Rykiel siguió, junto a unas pocas colegas, abriéndose camino en un mundo en el que eran casi siempre hombres los encargados de vestir a las mujeres. Entre sus primeras famosas clientas están Brigitte Bardot, Catherine Deneuve y Audrey Hepburn.
La prenda por la que la revista Women's Wear Daily le otorgó el título de "reina del punto" es un jersey llamado "the poor boy sweater" (el suéter del chico pobre). La diseñadora se hizo famosa también al declarar que el suéter debía llevarse, directamente, sobre la piel desnuda.
Con una mirada visionaria e innovadora, además de la libertad de movimiento, basó el estilo de sus diseños en cortes novedosos, dejando las costuras a la vista, mezclando el punto con otros tejidos como el encaje y el strass e incorporando mensajes en sus prendas. También fue pionera en filmar sus desfiles.
Su característico pelo rojo y su lucha por "liberar" a la mujer y convencerla de que adaptaran las prendas a su cuerpo, sus necesidades y su propio estilo, y no a los dictados de la moda, le otorgaron una fama de mujer libre y excéntrica que la acompañó hasta el final.
En 2002 presentó una colección en el Museo Louvre (París), en la que reivindicaba la libertad sexual de la mujer.
En 2009, recibió la Légion de Honor en reconocimiento a sus 40 años de servicio a la industria de la moda francesa. Ese mismo año hizo una colección cápsula de lencería para la firma sueca H&M, y en 2010 una de ropa.
A través de las marcas Sonia Rykiel, Sonia by Sonia Rykiel y Rykiel Enfant, su imperio incluye colecciones de ropa femeinina y masculina, ropa infantil, accesorios y perfumes (lanzó el primero en 1978 y su primera línea de cosméticos en 1987). Pero su curiosidad innata la llevó a otros campos como la escritura y la decoración de hoteles.
En 2012 escribió "N'oubliez pas que je joue" (No olvides que juego), una especie de autobiografía en la que desveló que, desde finales de los 90 padecía Parkinson.
Su última aparición pública fue el pasado 2 de marzo, para asistir al desfile de su marca, junto a su hija, ahora directora de la firma, cuya diseñadora es Julie de Libran.
Financieramente, Rykiel también fue una rara avis, una de las pocas diseñadoras que logró mantener la propiedad de su empresa (que factura 80 millones de euros al año) y el control de la misma, hasta el pasado mes de febrero, en que la familia vendió el 80 por ciento a Fung Brands Limited.
Con ella se va una manera de entender la moda, no como una dictadura sino como una liberación.