La segunda colección desde su regreso a la MBFWM, después de diez años, generó máxima expectación. A pesar de haber recibido el premio a la mejor colección la pasada temporada, la firma no se ha dejado llevar por la apatía. Y, aunque comenzó con retraso, la espera mereció la pena, pues el diseñador gallego presentó una de las decoraciones más originales, con unas gigantescas jirafas de rejilla sobre granito negro y mármol crema de la firma Levantina, patrocinadores del desfile.
El diseñador, formado en su juventud con maestros de la costura como Ángel Schlesser o Antonio Pernas, tiene impreso (y claro) su camino: “Cada día quiero ser el mejor”. La película Mogambo sirve de inspiración al creativo coruñés.
El director John Ford contó en 1953 con Clark Gable, Grace Kelly y Ava Gardner que, sobre todo esta última, irradiaban sensualidad mientras serpenteaba la censura de los 50. “Mogambo significa pasión en lengua suajili”. Ese sentimiento de tensión y furia contenida otorga un “espejismo de elegancia en medio de la selva”.
Los colores de África inundan la colección: “Terracota brillante, granate, blanco y azul se salpican de rosas florales, verdes intensos o amarillo clorofila”.
Cebras, piñas, palmeras, caballitos de mar y máscaras tribales se mezclan en una propuesta que a pesar de la multitud de los variopintos y dispares elementos, guarda una asombrosa coherencia. Los tejidos van del lino a la gasa, pasando por el algodón, que se unen a la rafia como guiño a lo rústico, ideal para un safari que se sofistica con muselinas, gazar (seda rígida) y tules superlativos a lo Giambattista Valli.
Sombreros de paja deshilachados, bolsos de piel de camello y sandalias planas de ante, en colores como el verde botella o el azafrán, son los complementos perfectos para visitar a las tribus como los wagenia en el Congo o los samburu en Kenia, lugares y gentes que han inspirado al diseñador. Aunque la "jungla de asfalto madrileña" sea la más adecuada para causar el impacto que desprenderá si se deja ver con una de las piezas de JV por Jorge Vázquez.
La firma inicia una nueva temporada con la apertura de su flagship store o tienda emblemática en la calle Juan Flórez, auténtica vértebra comercial de Coruña que, casualidad, se encuentra a escasos 50 metros de la primera tienda de Zara, firma en la que comenzó Jorge con 18 años. Si en África se inició la vida, en su tierra natal el diseñador comienza una nueva andadura que asegurará la marca.