Imprescindible para potenciar nuestro estilismo en cualquier evento social, el bolso de mano ha sufrido una gran transformación en los últimos tiempos: pasando de un aspecto clásico, a veces hasta rancio, a convertirse en algo divertido, llamativo, pero siempre manteniendo ese toque elegante.
Un cambio que ha hecho realidad Arantxa Pardo con sus bolsitos, reinventando el clutch o bolso de mano. Versátiles, divertidos y hasta un tanto locos en ocasiones, sus creaciones no pasan desapercibidas, tanto si se combinan con vestidos largos en una boda, minifaldas en un cocktail o vaqueros en una noche especial.
Totalmente artesanales, su diseño rebosa originalidad. Armazones rígidos cuadrados, rectangulares, con forma de luna… sus creaciones se muestras moldeables al revestirlos con satén y pasamanería, y llegan a adquirir cierto grado de calidez, ya que siempre están decorados con piedras, su elemento básico.
Piedras de diferentes tamaños, piedras que a veces forman un totum revolutum, piedras que se cruzan, que se entremezclan imitando pequeñas flores, con colores de una misma gama o una amalgama cromática, son sin duda la base para producir esos destellos de glamour, de esa luminosidad que los hace tan atractivos.
Brillos que seducen y recorren todos los colores del pantone, desde el verde lima al rosa chicle, pasando por turquesas, rojos, anaranjados, dorados, violetas… Todo un arcoiris de color.
La historia de esta canaria comienza cuando decidió que su futuro pasaba por una Ingeniería, concretamente de Caminos, Canales y Puertos. Al finalizar los estudios, se traslado a Marruecos para ejercer su profesión. Sin embargo, el destino truncó esos planes y su etapa profesional duró sólo tres años, forzándola a reconvertirse en una emprendedora que, en vez de estar enredada con números, integrales o derivadas, se iba a liar la manta a la cabeza con armazones, piedras, telas y abalorios que le permitieran dar rienda suelta a su imaginación y a esa pasión por la moda que tenía ya latente desde niña.
Será su madre, cómo no, su mayor apoyo y quien la animará a crear su propio estilo, con la idea de jugar con los complementos a la hora de acudir a cualquier evento.
Su carácter inquieto fue la excusa perfecta que estaba esperando para lanzarse a un mundo lleno de carteras de mano, pero no se detendrá aquí sino que se atreve también con tocados, cinturones, prendidos...
Accesorios que, en un principio, llamaron la atención entre sus familiares y amigos y que, posteriormente, gracias sobre todo al boca a boca, tendrán cada vez más aceptación y la llevarán a plantearse el nacimiento de Los bolsitos de Arantxa.
Piezas totalmente personalizadas, realizadas expresamente por encargo, aunque siempre tiene alguna en la recámara, para las que se despistan y dejan todo para última hora.
Sus creaciones son reflejos de su pasión por el color, tan presente en cualquiera de sus piezas, empezando por ese sol y mar canario. Influencias de esa pasión por el arte y la sed de conocer otras culturas que le inculcó su padre.
Un punto de inflexión importante será su estancia en Marruecos, un impacto que plasmará en sus modelos, lanzándose a un diseño más agresivo en lo que respecta al color y el barroquismo en la composición de su pedrería.
Como bien dice Arantxa, uno de los motivos que la anima a seguir en la brecha es “la ilusión que me hace ver a la gente con los bolsitos puestos, es una sensación por dentro increíble... como fuegos artificiales, orgullosa de tu trabajo”.
Más información en
http://losbolsitosdearantxa.wixsite.com/bdea