El último de los modistos en mostrar su interés por vestir mañana a Melania Trump (para la ceremonia de investidura de su marido como 45º Presidente de Estados Unidos), ha sido Giorgio Armani. Preguntado, durante la Semana de la Moda Masculina de Milán, sobre si vestiría a la futura Primera Dama del país, declaró: "Por mi profesión, trato de vestir a mujeres bellas, y Melania lo es. Así que, si ella me pide un vestido, ¿por qué no hacerlo?". Armani, decano con Valentino de los diseñadores italianos, mostraba así su apoyo a la esposa de Donald Trump, a quien muchos de los diseñadores de EE.UU se niegan a vestir.
Melania lució para su fiesta de Nochevieja un vestido negro muy sexy de Dolce & Gabbana, por lo que Stefano Gabbana (quien junto a Domenico Dolce forman el tándem creativo de la marca), le daba las gracias en su cuenta de Instagram: "Melania Trump #D&G Woman Gracias #madeinItaly".
Los diseñadores sicilianos están también como posibles candidatos a vestirla mañana, pero el último nombre en saltar a la palestra ha sido el de Karl Lagerfeld. Pero hay quien asegura que Melania escogerá un modisto estadounidense.
Por eso suena con fuerza en las quinielas Ralph Lauren, "decano" de los diseñadores americanos, pues suyo era el mono blanco que llevaba Melania el día de la victoria de su marido. Pero Lauren ha vestido en numerosas ocasiones a Hillary Clinton, lo que al parecer jugaría en su contra, junto con el hecho de que la futura Primera Dama quiera decantarse por alguien no tan conocido.
En noviembre, algunos diseñadores americanos como Marc Jacobs, Tom Ford, Phillip Lim, Derek Lam y Joseph Altuzarra mostraron su oposición a vestir a Melania Trump. Pero fue la diseñadora francesa afincada en Estados Unidos Sophie Theallet quien lo hizo de manera más tajante, en una carta abierta, en la que declaraba que "bajo ningún concepto vestirá a la mujer de Trump" y exhortaba al resto de la industria a negarse a vestir a la Primera Dama: "Animo a mis compañeros diseñadores a hacer lo mismo. La integridad es nuestra única moneda".
A él se sumaría la presidenta del Council of Fashion Designer of America (CFDA), Diane Von Furstenberg, que escribió a sus compañeros del Consejo de Diseñadores de América (más de 500 miembros): "Melania merece el mismo respeto que cualquier otra Primera Dama y nuestro rol como miembros de la industria de la moda es promover la belleza, la diversidad y la inclusión y predicar con nuestro ejemplo".
También Tommy Hilfiger declaró a la revista especializada Women's Wear Daily que "los diseñadores deberían estar orgullosos de vestir a Melania Trump". Y Carolina Herrera, refiriéndose a los diseñadores que se niegan, aseguró que "en dos o tres meses darán su brazo a torcer, porque estamos hablando de moda y todo el mundo querrá vestir a Melania. Va a representar a Estados Unidos y al negocio de la moda".
Si los grandes diseñadores se niegan a diseñar para ella y prestarle sus diseños, l@s estilistas de Melania siempre pueden comprar directamente las prendas, tanto en las tiendas físicas como en Internet, lo que hace habitualmente.
El vestido blanco que utilizó para dar, en la Convención Republicana, su primer discurso (que se hizo viral por haber plagiado en él parte de otro anterior de Michelle Obama), era de Roksanda Ilincic, una diseñadora serbia radicada en Londres, de quien son
fans también otras "primeras damas" como Michelle Obama, Samantha Cameron y Kate Middleton, así como las actrices Cate Blanchett, Emily Blunt, Kristen Stewart y Amy Adams. Calificado por los expertos como un gran acierto, la misma Melania lo había comprado en la web de Net-a-Porter (el modelo costaba cerca de 2.000 dólares y se agotó en menos de 24 horas), según confirmó después su portavoz a la revista WWD.
Pero los modistos que se oponen, lo hacen no sólo a prestarle vestidos, sino también a que lleve sus diseños, incluso si se los paga ella de su bolsillo. En este sentido, el diseñador Humberto León publicó en sus RR.SS: "Nadie debería hacerlo y, si ella compra tu ropa, hay que dejarle muy claro a la gente que eso no significa que la estés apoyando".
Dadas las circunstancias, no está claro que Melania vaya a apoyar la moda americana como ha hecho Michelle Obama. Según declaró a una revista británica, sus marcas preferidas son Gucci, Louis Vuitton, Chanel y Valentino. Pero, cuando el 22 de enero de 2005 (este sábado hará 12 años que se casaron) se casó con Donald Trump, lo hizo con un repolludo Dior de alta costura, firmado por John Galliano, con el que apareció en la portada de Vogue USA, del que se dijo que costó 250.000 dólares. A pesar de su precio, después de la ceremonia no tuvo reparos en cambiarlo por un diseño de Vera Wang.
Y su estilo es muy diferente al de Michelle Obama. En su día a día alterna firmas, de ambos lados del Atlántico, como Balmain, Emilia Wickstead, Anna Sui, Fendi, Antonio Berardi y Michael Kors. En esa misma entrevista desveló que de todos los vestidos que tiene, su preferido es uno de Alexander McQueen que vistió en la Gala del Met de 2005. Y desveló un secreto: su vestidor está ordenado por colores. Últimamente se ha decantado por el blanco y el rojo, colores "patrióticos" para sus conciudadanos, pero el tono que escogerá para mañana es también un misterio.