Pero su magia no se queda en la interpretación. La actriz se maneja con total soltura también en el mundo de la moda. Su estilo sobre la alfombra roja durante sus últimas apariciones han sido todo un golpe de autoridad. Y es que, a pesar de su sencillez, las grandes firmas saben aprovechar el potencial de la actriz para, a través de ella, colocarse en los escaparates más importantes del cine. Grandes diseñadores como Valentinto o Karl Lagerfeld para Chanel ya se cuentan entre sus favoritos. Éste último la hizo brillar en la alfombra roja de los premios BAFTA.

Si tenemos que recordar su mejor estilismo, no podemos olvidarnos de aquella vez en la que recogió su primer gran premio en 2017: el Globo de Oro. Sin duda, la mejor vestida de toda la red carpet, gracias al diseño de aires románticos, con falda plisada y una caída impecable. Un rosa empolvado cargado de pedrería con forma de pequeñas estrellas plateadas, con la que hacía un guiño a la película que se está convirtiendo en el último gran éxito de la gran pantalla. Una obra de arte acabada por un llamativo escote y una sensual espalda. Lo firmaba Valentino.

Pero Emma Stone lleva ya varios años conquistando todas las alfombras roja que pisa. En 2015, se convirtió en la chica de oro de los Oscars, gracias a su vestido dorado con strass y transparencias firmado por Elie Saab, una de las firmas de referencia en la que más actrices confían para pasear con elegancia en cualquier premio. Unos días antes, la actriz consiguió (desencajarnos la mandíbula queda igual que lo de elevarla a diosa) dejarnos con la boca abierta con una de las apuestas más originales y elegantes que hemos visto hasta el momento. Exacto, fue con aquel jumpsuit de pantalón negro de seda, lazada en la cintura y cuerpo joya de Lanvin. Toda una declaración de intenciones con la que la actriz confirma todo lo que es capaz de conseguir.