Con aires de grandeza, la firma española Malne presenta su colección para el próximo Otoño-Invierno inspirada en el exceso, donde la estrella es la moda disco de los Años 70. En un desfile marcado por el ritmo de la música, el color negro se ha impuesto por encima de todos, acompañado de pinceladas en gris, violeta y verde. Una propuesta titulada ‘Desayuno con Champagne’ en la que no podía faltar el dorado más luxury y vibrante, combinado con una perfecta tonalidad de marrones y beige para la colección más glamourosa de la tercera jornada de la Madrid Fashion Week.
Paloma Álvarez y Juanjo Méndez, diseñadores de la firma, consiguen transportarnos a esos años donde las revistas no dictaban qué ponerse; sino que servía para divertirse con ella y se usaba como mero entretenimiento. Un complemento más a esas noches donde la música disco era la protagonista y definía el mundo de la moda como extravagancia. Algo que se ha visto reflejado en la colección, gracias a los estampados y al brillo de las prendas, pieza clave de todos los diseños que han desfilado sobre la pasarela madrileña.
La colección juega con texturas y estampados en un mismo diseño, combinando con acierto dos acabados completamente diferentes: el print animal en crepé de seda y las lentejuelas. Gracias a ello, Álvarez y Méndez consiguen dar ese toque hollywoodiense que nos recuerda, incluso, aquella época de esplendor de los Años 20.
Después de esta apuesta inicial, el maximalismo hace su entrada gracias a los brocados y bordados que juegan a dar el aire barroco al desfile, combinados con prendas en acabados lúrex. Sin olvidar el tul, protagonista en muchas de las piezas y con el que consiguen dibuja a una mujer elegante, femenina y que disfruta con su libertad sexual.
Una propuesta que es un simple por que sí. ¿Por qué no hacer a un guiño a esta época que marcó una actitud y un modo de vida? Flappers y garçones juegan entre Carnaby Street y la extravagancia oriental gracias a piezas simbólicas, como el kimono y las hombreras pagoda, seña de identidad de la firma.
Los accesorios redondean todos los looks que han recorrido la pasarela. Bolsos con dibujos de animales y combinación de pieles o estolas en pelo cálido y brillante que consiguen llegar a esa diva que es, a la vez, feme fatale. Una propuesta para el próximo Otoño-Invierno, en el que el swinging londinense, junto a la esencia de la mítica tienda Biba de la capital inglesa, recrean una perfecta recopilación de los excesos y lujos de aquella época. Por eso titularla Champagne ha sido el culmen a esta brillante (y nunca mejor dicho) creación.