Chanel anunciaba el pasado mes de enero que volvía a su ciudad favorita, -París, por supuesto-, para la presentación de su colección crucero. Bajo el título Cruise 2018, la capital francesa marca la vuelta a los orígenes de la firma. Aunque aún no se ha desvelado el lugar concreto, -y eso que el desfile tiene lugar hoy mismo-, Karl Lagerfeld ya eligió el Hotel Ritz en la Plaçe Vendôme para su Métiers d’Art de diciembre del año pasado. Su última presentación crucero en París fue en 2012, cuando cerró (o abrió) el Palacio de Versalles para los privilegiados invitados de la maison.
Tras el éxito de su colección crucero de 2017, donde colocó a La Habana en el punto de mira del mundo fashion, París cierra una vuelta al mundo en la que hemos viajado a Singapur, Dubái, Seúl, Antibes en la Costa Azul y Saint Tropez.
LA HABANA
¡Viva Coco libre! Este es el mensaje que Lagerfeld dibujó en unas camisetas estampadas que rompían la línea masculina de la colección: pantalones muy amplios y trajes de tres piezas con chaquetas de tweed en colores vivos. El Paseo del Prado se convertía en una pasarela abierta al mundo, aprovechando la visita del ex presidente estadounidense Barack Obama y el cese del bloqueo al país cubano. Porque el káiser de la moda siempre ha sabido elegir sus destinos.
Los sombreros de panamá se convirtieron en las estrellas indiscutibles de un desfile enmarcado por las coloridas casas de la ciudad, por las que pasearon, además, esas icónicas boinas que marcaron una revolución, faldas midi y las típicas camisas guayaberas.
SEÚL
La ciudad surcoreana inspiró la colección más oriental de Chanel. Aquel año, Lagerfeld echó un pulso de convocatoria a la editora de moda Anna Wintour, al celebrar su desfile Crucero 2016 el mismo día en que la gala MET de Nueva York reunía a las celebrities internacionales del momento. La modelo brasileña Gisele Bündchen, incondicional de la cita en el museo neoyorkino (a la que vimos en la edición de este año con un diseño plateado de gran escote en la espalda), no dudó y eligió, sin duda, al káiser. Los amantes de la moda, en diferido, tuvimos que dividirnos.
El Dongdaemun Design Plaza de Seúl acogió un desfile plagados de tweed, que cubrió chaquetas y bolsos, pero que supo mezclarse con cueros y tules. Prendas en colores vibrantes que se dibujaban en artísticos estampados geométricos con una estética pop muy marcada. Los largos de las faldas eran midi, los vestidos hablaban con escotes en palabra de honor y las siluetas se volvían babydoll. Mucha pedrería, aplicaciones florales, capas que aportaban volumen y un aire infantil que se marcaba con calcetines y bailarinas.
DUBÁI
Lagerfeld nos lleva a los Emiratos Árabes en un fabuloso desfile en una isla desierta de Dubái, rodeado de agua y con un marcado ambiente oriental conseguido a base de palmeras, maxi-cojines y una exuberante decoración. Desde Tilda Swinton hasta la jovencísima Dakota Fanning estuvieron en su preciado front row para ver una colección inspirada en el mundo árabe.
Tejidos vaporosos, bordados dorados y muchos cuadros. Las icónicas perlas de la maison se mezclan con bolsos de metacrilato y con pantalones ligeros con mucho volumen en prendas de tonos metalizados.
SINGAPUR
Lagerfeld cerraba el Loewen Cluster de Singapur para un evento marcado por el preestreno de su cortometraje Once Upon a Time, realizado en blanco y negro y donde la actriz británica Keira Knightley se convertía en Coco Chanel. Y es que la maison celebraba cien años de su primera tienda y 1.200 invitados era lo mínimo.
Propuestas inspiradas en los jugadores de criquet, en el colonialismo de primeros de siglo y en la colección de Chanel de 1913. Mucho menos colorida que las anteriores, los colores más utilizados fueron el blanco, negro y beis.
VERSALLES
En casa y tomando como base la mítica figura de María Antonieta, Lagerfeld decidió reinterpretar el verano parisino con detalles inspirados en una estética urbana y sencilla.
Aunque no faltaron los cuerpos encorsetados propios de la época y los brocados dorados o las faldas de vuelo, el desfile estuvo dominado por faldas-pantalón muy años 90, pantalones capri y creepers. Además, Chanel subió a la pasarela a modelos como el español Jon Kortajarena para sus propuestas masculinas.
CAP D’ANTIBES
Un idílico rincón de la Costa Azul francesa fue el mejor escenario para que Chanel presentase su colección Crucero 2012. A punto de comenzar el Festival de Cine de Cannes, Lagerfeld reunió a embajadoras y amigas de la maison, -entre las que se encontraba Carolina de Mónaco-, en la mítica terraza del Hotel Cap-Eden-Roc.
Trajes de chaqueta y falda, bodies y bañadores con una estética retro bastante marcada. Para la noche, vestidos románticos en malvas y amarillos, perlas y su binomio más icónico: el blanco y negro. Que fue también la paleta cromática elegida para ellos, con esmóquines, levitas y pajaritas.
SAINT TROPEZ
Lagerfeld cerró, de forma exclusiva, el puerto de Saint Tropez para presentar su Crucero 2011 de claras reminiscencias setenteras. Modelos fetiches como Karolina Kurkova, (que estrenaba maternidad) y una jovencísima Georgia May Jagger o Jerry Hall presentaron una colección plagada de vestidos vaporosos, pantalones de talle alto y, además de tweed y patchwork, mucho denim. Porque llegaba el momento de lo bohemio.
VENECIA
El Grand Hotel Excelsior Lido Resort, en las playas italianas, se convertía en el mejor escenario para la colección Crucero 2010 de Chanel. Con claras reminiscencias a Peggy Guggenheim, la coleccionista de arte más importante del siglo XX, las prendas se dibujaban con estampados Fortuny, con ricos rojos inspirados en el Renacimiento y vestidos inspirados en la alta sociedad veneciana de los años 30.