La diseñadora Bouchra Jarrar abandona Lanvin
Apenas un año después de asumir la dirección creativa de la firma, Jarrar dice adiós a su cargo “para concentrarse en otros proyectos”.
7 julio, 2017 07:12Tan solo ha tenido tiempo de presentar dos colecciones. Y pese a que se ha mantenido fiel a su estilo elegante y sutil -motivo por el cual fue elegida- parece ser que Bouchra Jarrar no ha conseguido alcanzar los resultados esperados por Lanvin. Cuando se hizo público su nombramiento, nada hacía presagiar tan prematuro desenlace.
La diseñadora francesa lo tenía todo de su parte para convertirse en la candidata perfecta. Veterana en la industria, había trabajado para grandes casas de moda como Jean-Paul Gaultier, Balenciaga y Christian Lacroix. Además, dirigía su propia marca; una firma homónima que fundó en 2010 y con la que obtuvo en 2013 el título oficial de Alta Costura concedido por la Chambre Syndicale.
Pero cuando recibió la oferta de la Maison, Jarrar decidió dejarlo todo -cerrando incluso su sello- para concentrarse en cuerpo y alma a Lanvin. “Quiero traer mi experiencia, creatividad, conocimientos técnicos y pragmatismo”, explicaba la diseñadora en una entrevista para South China Morning Post. Y así lo hizo.
Su primera colección recibió una gran acogida por parte de la prensa y con la segunda confirmó que la decisión de su elección había sido más que acertada. Todo parecía ir por el buen camino. Todo, excepto esa nube negra que ya amenzaba a Lanvin mucho antes de que la diseñadora francesa llegara a su puesto: falta de inversores.
UN GIGANTE EN PÉRDIDAS
Desde que Alber Elbaz abandonara su puesto en noviembre de 2015 tras 14 años al frente del diseño de la Maison, el futuro de Lanvin se ha visto rodeado de numerosas incertidumbres. Mucho se habló en su día acerca de las desavenencias del diseñador israelí con Shaw-Lan Wang, accionista mayoritaria de la compañía. También, sobre una importante falta de inversión. Ahora, 16 meses después de tal alboroto, el anuncio de la salida de Jarrar vuelve a poner las carta sobre la mesa.
Ciertos o no, lo que sí resulta más que evidente es que Lanvin se encuentra inmersa en una complicada crisis financiera. Según los resultados de la compañía, en 2016 la firma redujo su facturación un 23% respecto al año anterior (hasta 162 millones de euros). Además, tuvo pérdidas por 18,3 millones de euros. Y si ya de por sí su futuro pintaba bastante negro antes, las expectativas de cara a los próximos meses no son nada alentadoras.
Por el momento se desconocen qué planes de futuro tienen ambos implicados. Tan solo, que la diseñadora abandona “para concentrarse en otros proyectos”, tal y como lo ha confirmado Lanvin a través de un comunicado. El baile de sillas al que sector se lleva enfrentando en los últimos años continúa y de nuevo vuelven a estar todas las preguntas en el aire: ¿volverá a recuperar Bouchra su firma? ¿Quién ocupará ahora su puesto en Lanvin?