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    Aunque el negro sigue siendo el rey de cada temporada, el gris o el blanco, los accesorios y las siluetas lady le quitan (mucho) protagonismo. | Foto: desfile de Alta Costura de Chanel.

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    LOS GUANTES HASTA LOS CODOS: parece que volveremos a ver la delicadeza y timidez de antaño (o elegancia, como quieras llamarlo). Los guantes, que antiguamente eran parte indispensable de cualquier vestido de noche, pasaron al cajón de las bufandas para salir, estrictamente, en días de frío. Ahora vuelven a completar las prendas de aquellas que se atrevan a llevarlos bien altos, en colores variados y tul (Shciaparelli no se dejó ni uno); o, si lo prefieres, bordados y en tamaño muy mini como los propone Armani. | Foto: Chanel, los muy llamativos Jean Paul Gaultier, Dior (que los lleva en negro en la mano) y Shchiaparelli. Getty Images.

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    EL FUTURO NO ES SOLO NEGRO. Ni blanco. El gris se impone como el nuevo color base para una temporada en la que el “Black & White” se difumina y comparte protagonismo con él en toda su gama, -desde el gris perla al marengo-. Porque la moda ya no es cosa de tres. | Foto: Chanel, Jean Paul Gaultier y Dior. Getty Images.

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    LOS SOMBREROS SE CONVIERTEN EN LOS NUEVOS “IT-ACCESORIOS”. En realidad, mentiríamos si dijésemos que son “nuevos”. En los años 40 y 50 eran un signo de distinción pero, sin motivo alguno, desaparecieron. Aunque los hay que nunca los olvidaron y hoy los recuerdan. La cabeza se cubre con gorros de punto y pompón –como propone Jean Paul Gaultier-, con sombreros fedora en Dior o los más “chic” de Chanel, dándoles (aún) más fuerza a su mujer. Incluso, finas tiaras para aquellas que se sienten un poco princesas. | Foto: Chanel, Dior y Eliee Saab. Getty Images.

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    UN PEQUEÑO DESCANSO A LA PUNTA REDONDA. Porque es esa horma que nunca se va del todo y llega cuando te cansas de las tendencias. Como hacen ahora los zapatos de punta, que vinieron, se fueron y vuelven. Las babuchas parecen haber triunfado este verano y en invierno se les suma tacón y ciertos guiños naïf –como corazones y lazos- o más gamberros –como las tachuelas-. | Foto: Schiaparelli y Monique Lhuillier. Getty Images.

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    LA FIGURA SE CIÑE EN LA CINTURA. La inspiración lady sigue estando en alza y los cinturones finos encorsetan abrigos y chaquetas. Dior fue la mano maestra en esta edición para una tendencia que siempre favorece. Más anchos o con lazo (anuda, anuda; que también se lleva), lo importante es romper la prenda a un nivel bien alto. | Foto: Jean Paul Gaultier, Monique Lhuillier y Dior. Getty Images.

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    LAS PRENDAS QUE BRILLEN. Y que lo hagan en dorado y plateado. Los dos reyes del efecto metalizado que se hacen vestido o se parchean junto a tules que los dulcifican –Schiaparelli te lo enseña-. Para Armani se puede mezclar además con el “glitter” y los “paillettes”, y Jean Paul Gaultier le concede al color una oportunidad, cubriendo las piernas con “leggings” en fucsia muy rock’n’roll. | Foto: Armani y Jean Paul Gaultier. Getty Images.

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    TODO AL “NUDE”: resalta la naturalidad y la sencillez de cualquier estilismo. Muchas “celebrities” eligen este color en sus zapatos cuando acuden a una alfombra roja, pues se funde con el tono de la piel y alarga, visualmente, las piernas. DIOR lo propone en abrigos hasta los tobillos de líneas muy limpias y con cierto toque aventurero –gracias al cinturón de “animal print” con el que lo sujeta-, ULYANA SARGEENKO propone un “total look” al más puro estilo hollywoodiense y SCHIAPARELLI lo mezcla con el gris perla para hacerlo etéreo o metalizados para dejarle a éstos todo el protagonismo. | Foto: Shchiaparelli, Valentino y Dior. Getty Images.

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    LOS DETALLES SE BORDAN CON PLUMAS. Si hay un tejido que ha triunfado en la pasarela parisina ha sido, sin duda, el tul. Y es que no hay otro que sea tan agradecido a la hora de mostrar los brocados y aplicaciones joya –tan propios de la Alta Costura- como él. Además de la pedrería, este año las plumas aparecen salpicadas en hombros, cinturas y escotes; e, incluso, llenando faldas y abrigos completos. Ya sabes, hilo y aguja y a coserlas por todas partes. | Foto: Elie Saab y Chanel. Getty Images.

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    EL REINADO DE LOS PENDIENTES. Aunque Armani nos enamoró con esos maxi brazaletes que se sucedían todos en una sola muñeca, (ya lo decimos, bendita asimetría), son las orejas las que deciden llevarse la palma en cuanto a joyería se refiere. Desde largos y muy largos, como los de Schiaparelli, hasta coloridos como los de Valentino, auténticas piedras preciosas en Armani o como aquellos que llevaba tu abuela con Chanel. Sí, lo “granny” sigue estando de moda. | Foto: Schiaparelli, Chanel y Valentino. Getty Images.

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    CONTINÚA LA ASIMETRÍA. Desde que la tendencia de los “cropped top” llegase y se quedase, a las prendas les cuesta mantener su equilibrio. Y aunque los cortes estratégicos y las aberturas del verano son muy difíciles de mantener cuando llega el frío, ahí están los escotes, las faldas, los vestidos de noche y, sobre todo, ese hombre desnudo que propone Jean Paul Gaultier y que pinta en oro. | Foto: Valentino, Jean Paul Gaultier y Rolland Mouret. Getty Images.