Con una banda sonora hipnótica y con mucho ritmo -que al diseñador le gusta personalizar junto a su gran amigo Diego Torán- la mujer de Roberto Torretta subía a la pasarela para demostrar, una vez más, su feminidad. Esa que al modisto le gusta trabajar. Inspirada en el placer de viajar, su nueva colección juega a conectar pasado, presente y futuro para dejarse seducir por una elegancia atemporal que conoce y que se le da bien.
Y es que a Torretta siempre le ha gustado eso de la sastrería. Impecable y nada rebuscada, en su colección para este otoño-invierno ya presentó prendas sencillas y minimalistas donde el buen hacer siempre habla por sí solo. Porque las colecciones del diseñador son siempre una evolución de la anterior.
La apuesta este año es que sea una colección femenina, elegante y que esté bien hecha; que se vea muy trabajada a nivel patronaje, costuras, tejidos y paleta de colores. Todo ésto ha tenido un trabajo muy importante.
EL JERSEY SE CONVIERTE EN EL TEJIDO ESTRELLA
Mientras que las noches de Torretta se visten con sedas estampadas de modernas cachemiras en naranja, rojo, amarillo, añil o ese azul morning que amplía la paleta de este color hasta el infinito; los algodones de fondo negro con pequeñas flores neutras sirven también para el día. Vestidos, tops, camisas, pantalones y chaquetas en blanco. Teselados de rayas 3D y chevron de algodón índigo.
Sin embargo, es el tejido jersey el que regresa con más fuerza gracias a ese efecto metalizado, en plata y rosa antiguo, con dos pesos distintos y que busca acompañar a unos motivos geométricos que adornan con su azul unos plisados que son también punto fuerte de la colección.
Los rojos siempre han de estar presentes.
Para cerrar el desfile llegó un material que siempre tiene carácter: la piel, en colores fuertes como el ámbar, el rojo crimson, el blanco o un precioso beige mantequilla para vestidos y complementos.
LA SILUETA SE ACORTA Y SE DESPEGA DEL CUERPO
Prendas ajustadas y drapeadas con largos midi y faldas desestructuradas dan paso a una silueta más corta y despegada con cortes estratégicamente estudiados para que la prenda siga abrazando el cuerpo. Las mangas se inspiran en la historia y salen abullonadas gracias a un crepé de color naranja y rojo al que se suma un raso caoba o en lamé old silver y varias sedas bordadas.
Pero si hay una salida por la que Torretta tiene devoción en esta colección es ese esmoquin confeccionado, según el diseñador, "a su propio estilo" y que se compone de una chaqueta muy masculina y unos pantalones de esa malla metálica que permite darle muchas y variadas estructuras. Es el look que mejor representa lo que su firma tiene que decir.
DOS JOYAS COMO ACCESORIOS
Para Torretta, la mujer debe ir bien accesorizada; en cantidad y en calidad. Desde la importancia de sus sandalias de 10 cm de tacón hasta las gafas, ese complemento que para el modisto es ya un imprescindible. Y joyas, muchas joyas. En esta ocasión, es la diseñadora catalana Areta Mata quien ha puesto al servicio de la mujer de Torreta un colgante y unos pendientes, que le otorgan aún más presencia y frescura sobre la pasarela.
Las gafas, para mí, son complemento indispensable en la moda de hoy por hoy.
LA BELLEZA SIEMPRE ES NATURAL
La propuesta beauty de Torretta pasa por un cabello muy bien trabajado, con un efecto wet muy pulido que se relaja al final. El maquillaje, como en casi toda la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid -con permiso de Ana Locking y Andrés Sardá- muy limpio, natural y casi invisible.