Una época del año que, mirando el vaso medio lleno, sólo nos trae ventajas. Hay menos gente, por lo que no tendrás que soportar atascos; puedes organizar tus excursiones a última hora; no hay nada como un día soleado de otoño; caminar sin asfixiarte por el calor, y sobre todo... disfrutar de la naturaleza en un momento único.
Aquí tienes seis sugerencias para organizarte una escapada otoñal y descubrir lugares que te dejarán boquiabierto.
1. Parque Natural de Garrocha (Girona)
Como sacado de un cuento de hadas y digno de ser un escenario de Juego de Tronos, el Hayedo d'en Jordá, en la comarca de Garrocha, se levanta sobre un suelo de lava procedente de la erupción del volcán Croscat.
Existe una ruta circular que te permitirá ver los volcanes de la zona. El primero de ellos, el de Santa Margarida, guarda una de las mayores peculiaridades, tiene una Iglesia en su centro.
Aunque está abierto todo el año, la mejor época para visitar este paraje es en otoño. Las hojas anaranjadas, caídas de los árboles, forman un manto que cubre todo el suelo y entre las que asoman las formas volcánicas de hasta 20 metros de altura.
2. Valle de Arán (Lérida)
Este paraíso de montaña es conocido por los amantes del esquí, ya que alberga una de las estaciones más emblemáticas de nuestro país: Baqueira-Beret y Bonaigua.
Sin embargo, lo que muchos desconocen es que, antes de llegar las nieves, este valle se convierte en un espectáculo de colores gracias a su frondosa vegetación. Montañas cubiertas por pinos, entre las que se abren paso campanarios y casas de piedra con tejados de pizarra, estilo románico. Una escapada allí será como estar en una burbuja.
Tienes infinidad de rutas que te permitirán conocer este valle sobre la bicicleta o andando. Desde aquí te recomendamos la excursión: El circuito de los 7 lagos de Colomèrs (Naut Arán); Artiga de Lin y els Uelhs deth Joeu (Medio Arán); El pueblo de Bausén y el Hayedo de Carlac (Bajo Arán). Descubre, paso a paso, toda su riqueza.
3. Sierra del Segura (Albacete)
Se encuentra en la frontera con Jaén y se ha convertido en una de las zonas más atrayentes de toda la provincia. Si la visitas, no te puedes perder los Chorros del Río Mundo, un lugar donde relajarte con el sonido del agua, o las vistas desde el mirador de Liétor, te sentirás con el mundo a tus pies.
4. Sierra de Aralar (País Vasco y Navarra)
"Verde que te quiero verde" sería la frase que se te vendría a la mente cuando vieras este paisaje. El otoño convierte en algo mágico los hayedos, robles y avellanos que se alzan entre pastos verdosos. Las montañas rocosas delimitan estas lomas y, a través de sus dólmenes, se puede estudiar prehistoria mientras disfrutas del nacimiento de ríos. Toda una explosión de naturaleza en estado puro.
5. Parque Natural de Montseny (Cataluña)
¿Un cielo naranja sin que sea el atardecer? En este parque, es posible. En esta época del año, gracias a la frondosidad de las copas de sus alcornoques, robles y hayas, que se tiñen de colores ocre y anaranjados.
Como sacado de una película, incluye un río que fluye entre piedras, creando pequeñas cascadas. Un lugar perfecto para sentarse en una de sus rocas, tomarse un tentempié y recuperar fuerzas después de la caminata.
6. Lagunas de Gallocanta (Zaragoza)
En este lugar no encontrarás estampas bucólicas con hojas por el suelo, en este caso te llevamos al corazón de una reserva natural. Se consagra como la laguna salada más grande de Europa y esto hace que más de 220 especies de aves migratorias hayan elegido este lugar para descansar en sus viajes.
A partir de octubre, las reinas de esta reserva son las grullas. Son más de 40.000 las que se reúnen allí, antes de continuar su camino hacia el sur de España y África. Seguro te hará viajar hasta alguna de las escenas de la película El Rey León.
Y, si eres más urbanita, aprovecha esta temporada para visitar las ciudades con grandes parques o jardines, como El Retiro en Madrid, pero esta ya es otra historia, que te contaremos otro día...
¿Quién dijo que el otoño era para quedarse en casa?