Siempre se dice que las fechas navideñas son para pasarlas con la familia, y en casa, pero las tendencias están cambiando y esta época es una de las mejores para viajar y conocer otras ciudades, sin dejarnos el sueldo de un año, y además, aprendiendo y disfrutando de cómo se celebran las fiestas en otros lugares.
Sabemos que Nueva York o Laponia son destinos que a muchos se les vienen a la cabeza, pero que superan con mucho el presupuesto. Te proponemos otros lugares, igualmente navideños, pero más cerca y que requieren mucho menos esfuerzo económico.
Londres
Si queremos vivir la Navidad al estilo anglosajón, qué mejor que visitar la ciudad del Támesis. Son muchos los planes navideños que nos ofrece Londres. En la lista de opciones para disfrutar, no debe faltar Winter Wonderland. Un miniparque de atracciones que se instala en medio del mítico Hyde Park y que cuenta con atracciones todas ellas inspiradas en la Navidad; además podrás disfrutar de un café caliente o una copa en un carrusel típico que, a la vez, es bar, y no hay que perderse esa experiencia.
Frente a la Torre de Londres, encontraremos otra estampa de lo más navideña, una pista de hielo donde los londinenses y los turistas se deslizan hasta entrada la noche.
Otra de los atractivos de Londres son todas las luces y árboles de Navidad que el Ayuntamiento de la ciudad instala, y que se mezclan con los colocados por las propias tiendas, que también se toman muy en serio el espíritu navideño.
Las compras son un motivo más para acercarte a la capital inglesa. En estas fechas es cuando empiezan las rebajas y son de lo más suculentas, entre un 40% y un 60% en todos los artículos, incluidos los de lujo. Dentro de esta fiebre de las compras, hay que hacer parada obligatoria en Harrods donde, además de ofertas, te imbuyes en el más puro espíritu navideño, con adornos que te rodean allá por donde mires.
Respecto a la celebración de Fin de Año, hay que tener en cuenta que el resto de Europa no se lo toma tan en serio como nosotros. En el caso de los británicos lo habitual es que cenen cualquier cosa, incluso por la calle. Aún así, se pueden encontrar restaurantes que ofrecen un menú especial de New Year's Eve y algunos, después, además se convierten en discoteca.
A las 12 en punto, se lanzan los fuegos artificiales a orillas del Támesis, al lado del London Eye, y todos los ingleses se arrojan a las calles para celebrar la entrada del nuevo año. Un dato curioso, el Metro de Londres es gratis tanto el día 31 como el 1, y además, no cierra en toda la noche ambos días.
Bélgica
Es otro destino perfecto para disfrutar de las fiestas. La mejor idea es alquilar un coche y alojarse en una ciudad pequeña, pero de cuento, como Gante o Brujas, aunque Brujas está demasiado atestado de turistas y, si se quiere disfrutar de una Navidad belga, es mejor alojarse en Gante que, aunque pequeña, ofrece multitud de planes.
El Ghent Christmas Market es un mercado navideño instalado en la plaza más céntrica de la ciudad, Korenmarkt Gent, que ofrece artículos de todo tipo y también comida y bebida. En el centro hay una pista de hielo para disfrutar patinando. Otro de los encantos de Gante es que, según vas recorriendo las calles más céntricas de la ciudad, vas escuchando villancicos a través de altavoces instalados por el Ayuntamiento.
La iluminación de las calles y de los edificios son otros de los detalles que te trasladarán a un cuento de Navidad. Y. para rematar la experiencia navideña, el Castillo de los Condes de Gante se convierte en Winter Wonderland Castle. Ambientado en su interior como un auténtico cuento de Navidad e iluminado por fuera en color azul, además, en lo que era su sótano puedes tomar una cerveza belga y trasladarte a la Edad Media.
Por otro lado, si estás alojado en Gante podrás moverte a otras ciudades también de cuento como Brujas, que se puede ver en un día, o Amberes, ambas a escasa media hora en coche. Incluso puedes acercarte a Bruselas, y visitar la ciudad y sus mercados navideños.
París
La ciudad del amor se transforma en la ciudad de la Navidad, y es que la decoración de los parisinos no deja a nadie indiferente. La iluminación es una de las más bonitas del mundo, las principales vías de la capital francesa se llenan de luces y también los monumentos. Por ejemplo, a lo largo de los Campos Elíseos se colocan más de 400 árboles de Navidad decorados.
Pero no sólo de luces vive la Navidad en París, los mercados navideños surgen por toda la ciudad, y en ellos puedes encontrar decoración, regalos originales o productos típicos. El más famoso es el Mercado de Nöel, en los Campos Elíseos, que además está en un marco incomparable con el Arco del Triunfo como espectador de lujo. Otro de los más visitados es el de Trocadero, frente a la Torre Eiffel, que cuenta con más de 100 casetas con todo tipo de objetos curiosos.
Las pistas de patinaje son otro de los atractivos de la ciudad, además del gigantesco árbol de Navidad instalado frente a la Catedral de Notre Dame y que cientos de turistas y parisinos se acercan a fotografiar.
Otro de los lugares que no debemos perdernos si viajamos a París en Navidad es, por supuesto, el lugar donde los cuentos toman vida, Disneyland París. El parque se engalana para Navidad y sus personajes se visten para la ocasión. Por no hablar del impresionante Castillo de la Bella Durmiente, iluminado, que hace soñar a grandes y pequeños.
Lisboa
Visitar la capital portuguesa en Navidad es una gran idea, no sólo por su decoración navideña, su gastronomía y sus precios más que asequibles, sino también por la cercanía. Visitar Lisboa nos permite poder viajar en nuestro propio coche y así ahorrarnos lo que supondría un billete de avión. De esta manera, podemos aprovechar para visitar ciudades cercanas como Sintra, famosa por sus castillos de cuento, o Cascaes, al borde del Océano Atlántico.
Las calles de Lisboa, al igual que las de otras ciudades europeas, se engalanan para recibir la Navidad inundándose de luces y árboles de Navidad. Además, el aspecto decadente y descuidado de sus edificios aporta un encanto especial a las luces y la decoración navideña.
Los portugueses son algo más parecidos a nosotros, aunque no toman las 12 uvas, sí que hacen una cuenta atrás como la nuestra y en lugar de uvas toman 12 pasas. Una tradición divertida y que nos acerca un poco más a nuestro país, aunque estemos lejos.
Estocolmo
Una Navidad en la capital sueca no defrauda y te trasladará al Cuento de Navidad de Charles Dickens. Calles nevadas, adornos tradicionales que salpican las avenidas y mercados navideños dónde disfrutar de la tradición e incluso del típico vino caliente o de las galletas de genjibre, ¿qué puede haber más navideño?
Si decides optar por Estocolmo no puedes dejar de acercarte a Skansen. Un Museo al aire libre fundado en 1891 y donde podrás experimentar diferentes actividades como hornear pan y galletas e incluso fabricar tus propias velas. Además, venden artesanía hecha por ellos mismos y la música en directo ameniza la visita.
En el barrio de Stureplan podrás ir de compras y admirar las decoraciones de las tiendas más glamurosas de la capital. Cerca de allí, en el centro de la ciudad, encontrarás otro mercado navideño famoso en toda Europa, Kungsträdgården, que también cuenta con una pista de hielo para disfrutar patinando.
Para imbuirte en la más pura Navidad sueca, no pierdas atención mientras visitas las calles de la ciudad y podrás ver cosas tan increíbles como árboles de Navidad imposibles, casitas de jengibre o un barco lleno de mazapán.