“La magnífica interpretación de Ledger es un milagro de la actuación”. Así de contundente fue Peter Travers, periodista de la revista Rolling Stone, cuando tuvo que hacer su artículo sobre el papel del actor en la aclamada Brokeback Mountain (2005). Heath Ledger no ganó el Oscar por ésta, -aunque sí estuvo nominado-, pero se llevó el aplauso de crítica y público. Llegaba así el merecido reconocimiento a una carrera que no había hecho más que empezar, pero que acabaría trágicamente tres años después.
Ledger moría en su apartamento de Nueva York en enero de 2008 y este mes de abril (cuando hubiese cumplido 38 años), el canal estadounidense Spike emitirá un documental sobre su vida: I Am Heath Ledger. Un retrato íntimo del actor en el que familia, amigos cercanos y compañeros de profesión comparten experiencias de la vida del joven australiano.
El documental se presentará el próximo 26 de abril en el Tribeca Film Festival, el festival de cine creado por el también actor Robert de Niro en 2002, y se emitirá por la cadena masculina de televisión el 3 de mayo. Pero el tráiler, ya se ha presentado.
Él siempre fue un director. Actuar fue simplemente un paso más para llegar ahí. (Trevor Dicarlo)
Después de numerosas apariciones en televisión, su debut cinematográfico llegaría con la película Blackrock (1997) y con una comedia policiaca que rodó junto a Rose Byrne en su tierra natal, Australia, Two Hands (1999). Sin embargo, no sería hasta ese adolescente rebelde de Diez Razones Para Odiarte (1999), cuando adquiriese fama internacional. Una carrera corta pero que nos dejó diez caras diferentes de Heath Ledger, desde ese joven inseguro que intentaba conquistar a Julia Stiles hasta el mejor Joker de la historia.
El Imaginario del Doctor Parnassus (2009) fue la película póstuma que el actor no pudo acabar y para la que amigos del gremio interpretaron lo que se llamaron las cuatro caras de Heath Ledger: Johnny Depp, Jude Law, Colin Farrell y él mismo. Entre todos dieron vida a Parnassus, un doctor que hizo un trato con el Diablo para ganar lo que muchos querrían para sí mismos, la inmortalidad.
En El Caballero Oscuro (2008) no abandona el mal, sino que lo propaga por todo Gotham con una sonrisa exagerada. Su Joker fue tan aplaudido, que acabaría ganado el Oscar a Mejor Actor de Reparto por su interpretación. Un premio que no pudo recoger, -Ledger ya había fallecido-, pero que le puso más de moda que nunca. En Mi historia sin mi (2007), el biopic en el que una fabulosa Cate Blanchett se transformaba, a golpe de maquillaje en Bob Dylan, Ledger interpretaba al actor canadiense Roc Lafortune. Una película que dio mucho que hablar, a pesar de ser una de esas biografías que suelen pasarse por encima, gracias a la interpretación de ella y para la que Ledger era el compañero perfecto.
En el año 2005, tres fueron los momentos en los que el actor tuvo que pasear por la alfombra roja. Un buen año en el que estrenó El secreto de los hermanos Grimm (2005) y Casanova (2005). En la primera, nos encontramos al famoso escritor alemán Jacob Grimm, junto con su hermano Wilhelm, interpretado por Matt Damon. En la segunda, Ledger viaja a Venecia para volver locas a todas las mujeres del siglo XVIII.
Pero si hubo un momento de 2005 en el que Ledger fue el chico de moda por excelencia, éste fue, sin duda, con Brokeback Mountain (2005). Junto a Jake Gyllenhaall que, desde entonces, se convirtió en amigo; el actor consiguió crear una de las mejores historias de amor de la gran pantalla. Una actuación mil veces calificada como conmovedora que nos traslada al verano de 1963, con dos vaqueros (Ennis Del Mar y Jack Twist) que se conocen en la América más profunda, cuando ambos intentan conseguir cierta estabilidad familiar. Algo que, por supuesto, no consiguen. La dureza de la historia fue perfectamente retratada en la interpretación de Ledger.
Antes llegaría su caballero en busca de princesa en Destino de caballero (2001), Monster’s Ball (2001), que le daría el Oscar a Halle Berry y en la que Ledger es el hijo de Billy Bob Thornton, compartiendo con él su incapacidad de relacionarse con mujeres y las Diez razones para odiarte (1999) que Julia Stiles pudo darle para no comenzar una relación. Pero el beso llegó y la fama, también.