Aunque no lo parezca, Madrid es una ciudad verde y con muchos parques a los que no siempre les sacamos todo el jugo. Un pícnic, en pareja, con amigos o rodeado de niños es un buen plan para disfrutar del buen tiempo y de los espacios abiertos. Aquí te mostramos algunos lugares donde llevarse unos sándwiches, el típico mantel de cuadros rojos y blancos o esa bebida fría, -que puede ser un té o una sangría-, para disfrutar de todo un día de relax, según una guía que ha hecho Rodilla.
1. Para ir con los niños
Cualquier lugar es bueno para dar espacio a los más pequeños, pero algunas zonas verdes de la ciudad no tienen las condiciones que sus necesidades piden, -ellos son mucho de no parar de jugar-. Por eso, para hacer un pícnic con los más pequeños lo mejor es optar por la Casa de Campo o Madrid Rio.
La Casa de Campo es el espacio verde más grande de España. Entre sus hectáreas se puede intercalar la comida con el deporte: ciclismo, running y hasta piragüismo. Puede ser también, un lugar perdecto para ir con amigos. La zona del lago suele estar siempre bastante concurrida, con lo que es mejor dirigirse a la Puerta de Rodajos o hacia el Puente de la Culebra.
Madrid Río, sin embargo, es perfecto para cualquier momento del día y en cualquier época del año. Está lleno de zonas de juego para los más pequeños (diecisiete áreas en total) que pasan desde fuertes de madera donde disfrutar de una guerra con los indios hasta toboganes y tirolinas que ayudan a guardar el equilibrio por unos minutos. Su programación cultura es, además, bastante intensa; con lo que los mayores tendrán también su oferta.
La Quinta de Los Molinos, por su parte, estuvo cerrado al público hasta 1980. Sin embargo, desde que abrió las puertas, sus almendros en flor se han convertido en un atractivo único para pasear y sentarse a merendar. Es perfecto para dar un paseo en bicicleta, en patinete o con patines puesto que combina la sensación de un parque con un aspecto más asalvajado.
Y, sin duda, El Retiro. Es la zona verde más conocida de la capital y es perfecta para comer y merendar allí casi con quien quieras: con amigos, con tu pareja, con niños y hasta en solitario. Según el plan, se puede optar por acudir cerca de una de las zonas de columpios, adentrarse más allá del lago o pasear por una de sus barquitas. Si se prefiere un paseo para relajar la mente, no olvidarse de los prismáticos para observar los pájaros y las ardillas que recorren los árboles cuando el silencio reina.
2. Para ir con tu pareja
El Templo de Debod es una de las joyas escondidas de Madrid, no solo por la presencia de un templo egipcio que llegó a la capital pieza a pieza tras una larga travesía en barco, sino porque las puestas de sol son una una de las mejores de Madrid. El plan perfecto es ir hacia el mediodía y esperar a que se ponga el astro rey, disfrutando de un afterwork casero y una copa de vino, viendo cómo se esconden los últimos rayos.
La Quinta de la Fuente del Berro tiene todo lo que puedas necesitar para un pícnic en condiciones: unas mesas muy cómodas y un estanque con pavos reales donde en el siglo XVIII había una gran fuente que dio nombre al lugar. La mejor época para ir es en primavera y otoño. Las meriendas cerca de la estatua de Bécquer es uno de los panes más románticos de la capital.
Los Jardines del Moro y el túnel de Napoleón es un lugar único en pleno centro de Madrid para crear un ambiente mágico con tu pareja. La mejor época para ello es el otoño, pero cualquier día es bueno para montar un pícnic en esa alfombra verde con la imagen del Palacio Real al fondo. Arboledas y caminos se entrecruzan con los tranquilos paseantes. Y el ruido de la ciudad, simplemente se intuye.
3. Con amigos
Después de recorrer la Gran Vía y sus bares, el parque de Plaza de España, a los pies del primer rascacielos de Madrid, se muestra como un enclave perfecto para quedar con los amigos con una botella de vino y unos cuantos sándwiches. Es un lugar ideal para hacer una merienda urbana, al estilo de ciudades como Nueva York o Londres.
Muy cerca de este lugar están los Jardines del Cabo Noval. Igualmente enclavados entre unos de los edificios históricos más bonitos de la capital, es un sitio perfecto si se apuesta por un plan de museos. En cualquier momento del día, se puede disfrutar de una zona entre parterres geométricos muy próximos al bullicio de la Plaza de Oriente.
Por su parte, el Parque del Oeste está compuesto por 70 hectáreas de césped y árboles frondosos combinados con rincones tan diferentes como la Rosaleda, que en primavera se convierte en el mejor escaparate floral de Madrid. Es un lugar ideal para quedar con amigos, por lo espacioso que resulta, o en pareja, por la privacidad que dan muchos de sus rincones.
4. Con tu mascota
¿Imaginas un bosque en mitad de una Madrid? Existe. La Dehesa de la Villa permite a cualquier animal correr kilómetros y kilómetros en libertad entre más de 75 especies de aves revoloteando. Es un lugar perfecto para llevar al mejor amigo del hombre y disfrutar de una merienda o una agradable comida. Los fines de semana, se pueden aprovechar para hacer deporte llegando hasta el Cerro de los Locos.