No todos los rostros necesitan los mismos cuidados, depende mucho del tipo de piel, de los hábitos y de factores externos. Existen tres tipos de pieles: seca, mixta y grasa. Tres tipologías que, por todos es sabido, requieren unos cuidados y tratamientos dispares entre sí, pero realmente en qué se diferencian, qué rutinas hay que seguir para lucir una piel tersa, libre de cualquier tipo de imperfección y con un brillo natural.
Paola Gugliotta, experta en cosmética y dermofarmacia y, también, fundadora de la marca APoEM, responde a las preguntas de: cómo saber qué tipo de piel tengo y cuáles son las necesidades reales de cada tipo de cutis. La piel tiene una función de barrera importante, es decir, que protege de los agentes externos y solo lo consigue cuando hay un equilibrio entre los lípidos y la hidratación.
Piel seca: rutina y cuidados
La piel seca suele caracterizarse por su tacto áspero, su tonalidad mate y por tener una propensión mayor a las arrugas. Este tipo de pieles son, pese a lo que pueda parecer, fáciles de tratar. Estos son los pasos que no pueden faltar:
1. Requieren de una exfoliación semanal. La piel seca tiende a acartonarse, a engrosarse, sino se realiza una limpieza puntual se está dificultado la absorción de las cremas o diferentes cosméticos que uses en el día a día.
2. La limpieza del cutis, por tanto, es muy importante. La experta aconseja realizarla dos veces al día, por la mañana y por la noche, con leches o bálsamos que no resequen en exceso la piel, pues en caso contrario la piel creará más sebo con el objetivo de mantener el equilibrio de los lípidos y la hidratación.
3. Para garantizar este equilibrio, también, es importante aplicar sérums en aceites, que cubran la necesidad de lípidos del rostro.
4. Para finalizar, es importante extender una crema a medida de las necesidades específicas de la piel como: antiarrugas, anti manchas…
Piel grasa: la clave está en el equilibrio
Suele presentar un brillo uniforme, poros dilatados y tiene tendencia acneicas. La rutina que se debe seguir con este tipo debe buscar equilibrar los activos que posea la piel. Para ello:
1. Realizar una limpieza sutil con jabones libres de detergentes y sulfatos, al contrario de lo que se suele hacer.
2. Los sérums ayudan a equilibrar esos activos, pero es importante evitar aquellos que tengan aceite en su composición; pues desencadenaran el efecto contrario.
3. No conviene abusar de los exfoliantes, porque al eliminar de manera agresiva los lípidos, la piel vuelve a generarlos, pero en exceso.
Piel mixta: la más delicada de tratar
La piel mixta es la más común. Tiene brillos y poros dilatados en la zona T, al igual que zonas más secas y tirantes alrededor de los pómulos. A causa de un exceso de limpieza y la ausencia de una correcta deshidratación, suelen ser pieles deshidratadas. Son las más difíciles de tratar pues requiere, según la experta, de tratamientos específicos y diferenciados por zonas.
1. La limpieza diaria debe realizarse con un jabón suave y libre de sulfatos. Un paso que debe ir seguido del uso de sérums -sin aceites- por todo el rostro.
2. La crema debería reservarse solo para las zonas secas, sin olvidar cuello y escote
3. Para evitar comprar diversos productos enfocados a diversos tipos de piel, opta por comprar cosméticos para piel grasa y añade unas gotas de sérum a la crema para extenderla fuera de la zona T.
4. Para finalizar, es importante extender una crema específica para la necesidad de cada piel como: antiarrugas, reafirmante…
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