Después de que Juan Losada (45 años) y Carmen Alcocer Koplowitz (42) siguieran la estela de Alba Carrillo (29) y Feliciano López (34) en lo que a divorcios se refiere, son muchos los que se preguntan qué pasará con las respectivas fortunas teniendo en cuenta la desigual situación económica de los cónyuges. En EL ESPAÑOL hemos hablado con expertos en la materia para conocer cómo quedarán los bolsillos de los famosos que se casaron con otras celebrities aún más ricas.
Si bien es cierto que los famosos acaudalados suelen ser más celosos que el común de los mortales en lo que respecta al dinero, no todos se casan en régimen de separación de bienes. La fórmula general en España (y la más habitual) es contraer matrimonio en régimen de gananciales, tal y como señala a este medio Sofía Maraña, abogada especializada en derecho de familia. Así ha ocurrido en un primer momento en el caso de Alba Carrillo y Feliciano.
Siete meses después de casarse, el tenista y la modelo disolvieron esta modalidad e hicieron separación de bienes. Por lo tanto, Carrillo tendría derecho a pedir el 50% de las ganancias generadas por él durante esos siete meses. Y viceversa. Pues el régimen de gananciales supone precisamente que los cónyuges tienen derecho a la mitad de las ganancias del otro generadas durante el matrimonio, no antes. De la misma forma también compartirían las deudas contraídas en este tiempo. Sin embargo, las herencias o los bienes adquiridos antes de casarse son privativos, es decir, que pertenecen a cada uno y no se reparten.
Feliciano López no se enfrenta a un divorcio sencillo en opinión del letrado Juan Pascual Drake, especializado en derecho de familia y mercantil. "Si fuera su abogado le recomendaría que llegara a un pacto, pues opera en régimen de gananciales durante la mayor parte de su matrimonio. Lo mejor que puede hacer para no perder la mitad de su patrimonio es sacrificar una pequeña parte del mismo".
Pese a que en este caso no hay hijos de por medio, ni pensiones alimenticias, Alba Carrillo sí podría pedir una pensión compensatoria si considera que ha sacrificado y renunciado a su carrera en pro de la vida profesional de su hasta ahora marido. En ese caso, Feliciano podría tener que mantenerla durante un tiempo, según apunta Drake. La situación bien podría recordar a la del piloto Fernando Alonso (34) y la cantante Raquel del Rosario (33), que se separaron sin haber tenido hijos durante su matrimonio.
El cambio de gananciales a separación de bienes no es tan extraño. Cabe recordar el caso de Mario Vargas Llosa (80) y Patricia (71), que se casaron mediante este régimen pero progresivamente han ido dando pasos hacia la segunda opción, aunque finalmente en el divorcio ha salido más que beneficiada la exmujer del escritor.
"El régimen se puede modificar perfectamente a posteriori, aunque lo lógico es que se haga antes de contraer matrimonio. Eso sí, muchos lo modifican una vez que tienen hijos", asegura la letrada Maraña.
Esta abogada recuerda casos en los que, sin haber pasado por la vicaría, el famoso menos pudiente ha salido mucho más beneficiado tras la separación por el mero hecho de tener hijos, como Belén Esteban (42), ex del torero Jesulín de Ubrique (42); o Elena Tablada (35), ex pareja de David Bisbal (37).
Juan Losada y Carmen Alcocer Koplowitz, una fortuna bien delimitada
Caso bien distinto es el divorcio de la hija de Esther Koplowitz (62) y Alberto Alcocer (73), Carmen Alcocer Koplowitz. Teresa Bueyes, abogada de numerosos famosos, apunta al régimen de separación de bienes como fórmula elegida por la pareja antes de casarse. "Anteriormente Carmen quiso casarse con otro novio en gananciales, pero la madre de ella no accedió.
Con Juan Losada, además de la separación de bienes, existen hijos de por medio, aunque lo más probable es que la custodia se la den a la madre y en esas circunstancias es cuando entra en juego el derecho de visitas y la obligación de pagar la pensión alimenticia que el juez decrete", concluye Bueyes. "Los patrimonios no se casan. Se casan las personas", añade Drake. "Y en la separación de bienes se sabe perfectamente quién es el rico y quién es el pobre".
Es justamente lo que ha ocurrido con otros matrimonios famosos cuyos cónyuges tienen una fortuna desigual. Sebastián Palomo Linares (69) y Marina Danko (62), Mario Conde (67) y María Pérez Ugena (49) o Carmen Martínez Bordiú (65) y José Campos (52) son sólo algunos ejemplos.
Muchas de las parejas que se han casado en régimen de separación de bienes encuentran su razón de ser en el hecho de que constituyan segundas o incluso terceras nupcias. "El que se casa varias veces ya no paga la novatada", explica Sofía Maraña.
Los grandes patrimonios, ¿en peligro?
Muchos millonarios o personas de la alta sociedad blindan sus fortunas antes de contraer matrimonio y lo hacen mediante las conocidas capitulaciones, una fórmula 'hecha a medida' que permite decidir las condiciones económicas concretas del matrimonio. En este punto, el letrado Juan Pascual Drake apunta a la existencia de empresas familiares o dinastías que hacen más complicado el proceso.
Es el caso de la duquesa de Alba, que optó por hacer donaciones a sus hijos en vida precisamente para evitar discrepancias en el seno familiar y sospechas acerca de las intenciones de Alfonso Díez (65).
Las capitulaciones y la separación de bienes imperan también entre los miembros de la familia Real española. La infanta Elena (52), divorciada de Jaime de Marichalar (53), se casó en régimen de separación de bienes y de sobra conocidas son las capitulaciones que hubo de firmar doña Letizia (43) al contraer matrimonio con el rey Felipe VI (48).
Otras grandes fortunas, como la de Aristóteles Onassis, fue objeto de un blindaje mediante un contrato de 170 cláusulas que rubricó Jackie Kennedy. Entre ellas, existía la condición de dormir en habitaciones separadas o la prohibición de que el armador exigiera a su mujer que le diera un hijo.
La de Marc Zuckerberg (32), por el contrario, se guía por la ley de California que establece que, en caso de divorcio, su mujer Priscilla (31) no tendrá acceso a toda la fortuna, sino solamente a lo logrado durante el matrimonio de forma conjunta.