Es una de las grandes de la noche marbellí y lo sabe. La empresaria Olivia Valere (69 años) de origen francés, regenta la 'nuit' de la ciudad costasoleña desde hace 30 años y ahora también 'la journee' de la Costa del Sol con su nuevo garito Nao que lo ha convertido en lugar de encuentro de famosos, príncipes árabes, ricos rusos, españoles de postín, y gente de a pie que quiere conocer la magia de la dama de Babilonia.
¿Cómo llegó usted a Marbella?
Me sé la fecha de memoria. Era el 5 de enero de 1985, fíjate si me acuerdo. Kimera era una de mis mejores amigas en París. Me invitó a su cumpleaños y no dude en subirme al avión que esta cantante coreana tan de moda entonces y también descendiente de la familia imperial, había fletado en París para acudir a su fiesta de cumpleaños en Estepona. Fue todo un descubrimiento, me quedé cautivada por el clima y a mi vuelta a París cerré mi discoteca y la abrí en Marbella.
¿Estamos hablando de la de Gray D'Albión donde toda la jet set se daba cita?
Sí, gracias al descubrimiento que me hizo la familia Nakachian y a que los andaluces me han abierto las puertas siempre, pude empezar con una de la discoteca más bonitas de esos tiempos. La diferencia a la Marbella de ahora, es que venían los famosos por el mero placer de disfrutar. Jaime de Mora por ejemplo, cantaba por placer y nos deleitaba con momentos mágicos. Pero hoy en día vivimos en otro tipo de sociedad y un famoso ya no hace nada si no se le paga.
¿Es por eso que escasean tanto las celebritis en Marbella?
Claro. Solo si las contratas para su imagen y por dinero vienen pero nada más y pagas carísimo. Esto es muy complicado fíjate con Paris Hilton, llegó, cobró e hizo lo mínimo y no ha cumplido lo fijado en contrato.
Muchos dicen que es usted el Alfonso de Hohenlohe en versión femenina en Marbella.
(Risas) Yo soy una pequeñita hormiga en la construcción de Marbella y esta ciudad se vende sola, no nos necesita a nadie. Alfonso fue un grande de Marbella.
¿Qué les contará a sus nietos de las grandes fiestas de Marbella?
Las fiestas de la época dorada, donde había personajes inmensamente ricos y sus fiestas en la Marbella de Jesús Gil eran el paraíso de lo kitsch y la excentricidad. En esas grandes fiestas los excéntricos gastaban mucho dinero. Recuerdo un cumpleaños en que llegó un helicóptero al patio de Babilonia con el regalo de un ruso obsequiando a su esposa por sus cincuenta años con diamantes.
¿Y ahora eso no ocurre?
Hoy en día es de mal gusto el ostentar. Las guerras y la pobreza que hay en el mundo hacen que el que alardea de riqueza sea apartado. Así que sí. Todo eso terminó.
Todos los imperios van cayendo, hasta el de su amiga Kimera que ahora no corre la misma suerte que usted…
Ya te digo que conocí Marbella gracias a ella y me encantaría poder ayudar a Kimera. Cuando me enteré la habían desahuciado hace un año me puse en contacto con ella. Sabía que tenían problemas económicos fuertes, pero no que había tenido que dejar Villa Melodie. Una tragedia para ella.
¿El rublo ha tomado Marbella?
Los rusos son muchos y de momento siguen moviéndose en círculos más cerrados. Cuando salen, salen juntos, y si hacen una fiesta es una fiesta privada para ellos porque muy pocos hablan inglés o castellano, funcionan de una manera diferente a los árabes.
Pero los árabes ya no se gastan tanto, ¿no?
Los árabes saben vivir bien, aunque no se puede comparar con lo que gastaban cuando estaba aquí la familia real saudita. Entonces sí querían una mansión, entraban y le decían al dueño "te damos tres, cuatro veces, lo que vale, y dentro de quince días necesito que esté vacía". Los dueños, encantados, salían corriendo. Hoy en día esas cosas no pasan porque sus hijos han estudiado en las mejores universidades del mundo, son muy cultos, y no tiran el dinero como sus padres. Hoy compran buenas cosas pero al precio justo.
Las cosas han cambiado mucho en Marbella, ¿se ha perdido el concepto de la elegancia?
Yo diría que en el mundo entero se ha perdido el sentido de la elegancia. Si tienes dinero hoy en día, tienes más posibilidad de comprarlo todo... Antes, en los lugares más caros, la gente no podía entrar sin corbata, y en cambio ahora entran con bermudas y chanclas. En Ibiza lo que importa es no parecer rica; en cambio, en Marbella sigue imperando el glamour.
Qué prefiere en su discoteca: ¿gente sencilla o postureo?
La gente más sencilla, pero también hay estupendos personajes entre los famosos. Este verano he recibido a Eva Longoria que vino en julio para su gala y también asiduamente veo a Antonio Banderas, por el que tengo una gran admiración, porque, cuando habla contigo, habla con alma.
¿Aparecer en la serie Mujeres ricas le ha pasado factura?
Me he interpretado a mí misma, junto a mi familia, y pienso que no lo hice mal. Cuando tenía doce años quería ser actriz, pero no pudo ser, y gracias a la televisión he podido hacer realidad ese sueño.
¿Éxito es levantarse cada mañana haciendo lo que uno quiere?
Del éxito lo que peor se lleva son los celos y la competencia... En mi caso puedo decir que la gente dice que soy muy trabajadora y luchadora, muy familiar, y para mí el éxito es contar con tanta gente que me quiere.