"Le dije que tendría una boda que ni el mismísimo Papa de Roma y así será", confirma Nieves, la exmonja que conquistó al pontífice apóstata de la Iglesia Palmariana, Gregorio XVIII. La pareja se dará este domingo el 'sí, quiero' en el Sacromonte granadino, con vistas a la Alhambra, en una ceremonia íntima amenizada por un cuadro flamenco. "Estoy segura de que Ginés va a llorar", confiesa la novia.
El suyo ha sido uno de los culebrones del año. No todos los días renuncia un Papa a su pontificado y, mucho menos, por amor. Aunque el prelado sea de la Iglesia Palmariana de los Carmelitas de la Santa Faz, un cisma de Roma que muchos consideran secta por el aislamiento y las estrictas normas de conducta que impone a sus fieles.
Ginés Jesús Hernández (57 años), el que fuera el tercer Papa después de Clemente Domínguez y Manuel Alonso Corral, dejó para no volver la fastuosa sede de la orden el pasado 25 de abril. Ese viernes, el que fuera guía espiritual de más de mil devotos en todo el mundo, convocó a sus dos vicegenerales y los hizo montar en su coche, un BMW X6 blanco. De camino a Sevilla, el pontífice les confesó su plan: se dirigían al notario para firmar su renuncia papal. "Y de la misma impresión, mi número dos se tiró un pedo que tuvimos que abrir las ventanas y todo", confiesa el apóstata. Se refiere al Cardenal Secretario de Estado, el suizo Joseph Odermatt o padre Eliseo María –su nombre secular–, el actual Pedro III.
Con una rúbrica ante notario, Ginés zanjó los 32 años que vivió tras los altos muros de la iglesia Palmariana. Antes de que se cerraran tras de sí las puertas, miró hacia detrás y emprendió el camino a una nueva vida. En el Lentisco –como los fieles llaman a la Catedral y zona de conventos– dejó once caballos, sus perros Yasper y Canela y a sus padres, que están enterrados allí.
De Sevilla se fue hasta Granada, donde le esperaba Nieves Triviño, con la que mantenía una relación furtiva. Ambos se conocieron resolviendo una conspiración que amenazaba al prelado. Y su trabajo desveló abusos sexuales, robos y un sinfín de prácticas que hicieron que Ginés perdiera la fe. "Todo fue un montaje", zanjó en la primera entrevista de la pareja publicada en EL ESPAÑOL.
Ambos viven en Monachil, un pequeño y apacible pueblo situado en las laderas de Sierra Nevada, donde Nieves trabaja como técnico de bienestar social y fiestas del Ayuntamiento. Paradójicamente, ella oficia las bodas civiles en su municipio actuando de secretaria y realizando las lecturas; por su parte, él ha casado a muchísimos fieles palmarianos. Y este domingo ambos se verán, juntos, en la parte contraria a la que acostumbran a estar.
Algo más de cien invitados asistirán a la ceremonia y posterior convite en la finca La Chumbera, en el Sacromonte granadino, donde ultiman con celo los preparativos. Él saldrá de su actual residencia y ella de la vivienda de su madre, que falleció la pasada Semana Santa. Él estará acompañado de Lili, la mayor de las dos hijas de Nieves, mientras que ella irá del brazo de su hermano mayor. "Me hubiese gustado que mi hermana fuera la madrina, pero por unos compromisos de la familia no podrá ser", concreta Ginés, que poco a poco vuelve a recuperar la relación con los suyos después de años de tensiones.
Y del Palmar, ¿le hubiera gustado invitar a alguien?
Sí, claro. A mi amigo Andrés. Pero sé que es imposible, porque si nos pusiéramos en contacto sé que Pedro III lo castigaría. Soy un excomulgado y la norma dice que los fieles no pueden hablar con los que salen de la orden, ni siquiera los de su propia familia. Espero que el tiempo me dé la posibilidad de hablar con él y abrirle los ojos.
Esa llamada tendrá que esperar, al menos, hasta que Ginés regrese de su luna de miel: un viaje a Nueva York con el que Nieves soñaba desde hace años. Él ya conoce la ciudad, que visitó recientemente como Gregorio XVIII. "Hice lo del helicóptero por Manhattan y es una pasada, pasas rozando los rascacielos", puntualiza. Después de pasear por Central Park, comprar en la Quinta Avenida, subir al Empire State o comerse un hot dog en Gray's Papaya, la pareja volverá a Andalucía para alojarse en Villa Padierna, el hotel en el que se hospedó Michelle Obama (52) en su última visita a España. Uno de los treinta mejores hoteles del mundo situado en Benahavís, entre Marbella y Estepona.
Por último, para aprovechar alguno de los días que Nieves tiene de vacaciones, el ya matrimonio hará un circuito en coche [el papamóvil, el BMW X6 blanco] por Suiza, Alemania y Austria, donde la orden palmariana tiene muchos fieles y de donde procedían muchos integrantes de la llamada Guardia Roja, el cuerpo de seguridad que flanqueaba a Gregorio XVIII y que Pedro III ha disuelto en su primera encíclica.
La novia, de Pronovias
"La Guardia Roja era algo simbólico, nadie me defendía porque yo me movía solo por Sevilla con frecuencia", detalla Ginés, que en su último paseo por la capital andaluza iba escoltado de Nieves y la menor de las hijas de esta. Es martes, restan pocos días para el enlace y todavía quedan flecos de la boda por zanjar. "Ves, ahí comprábamos los cirios y el incienso para el Palmar", comenta mientras que se refresca bebiendo a tragos una Cruzcampo en la Plaza del Salvador. Nadie, ni siquiera el sacerdote que comparte la mesa de al lado, se percata de la presencia del que fuera Papa de los Carmelitas de la Santa Faz.
Lejos de lo que advirtió, el Papa apóstata no irá de blanco a su propia boda, la elección definitiva pasa por un conjunto azul; ella irá de blanco con un vestido de Pronovias. Ambos se reservan los detalles para el día de la boda. También alguna sorpresa.
Habrá un conjunto flamenco amenizando la ceremonia y algunas intervenciones que "harán llorar a Ginés", asegura Nieves.
Ginés, ¿está nervioso?
Para nada, todos a mi alrededor están mucho más nerviosos que yo.
¿Cómo se vive el amor habiendo sido Papa?
Siempre digo que nunca antes había estado enamorado, y eso que estuve a punto de casarme con una chica antes de ordenarme sacerdote. Estábamos bien pero no es como ahora. Todavía recuerdo cómo nos acostábamos y nos levantábamos hablando por WhatsApp, FaceTime, Messenger… "Yo sé que está enamorado porque esos 'te quiero' que me dice cuando estamos solos en la intimidad, esa forma de tratarme…", asegura Nieves.
No paran de besarse, de acariciarse. Da igual si es en privado o en público. Así de desinhibidos muestran su amor la pareja, que ya busca su primer hijo en común. "Quiero que sea un niño", confirma Ginés. "Espero que nadie nos diga que nuestro hijo es el anticristo, como decía una de las profecías del papa Clemente", apostilla Nieves. Se refiere a Gregorio XVII [el fundador de la orden, conocido como la Voltio en la zona de ambiente de Sevilla y famoso por sus juergas].
La visión quedó recogida en uno de los pasajes de la Historia Sagrada Palmariana, lo que equivaldría a la Biblia. Ahí se explica que la concepción del anticristo será el resultado del encuentro entre "una mujer que consagró todo su ser al servicio de Satanás […], una falsa virgen" y "un ex obispo de la orden". Las escrituras también aclaran que tras la encarnación de Santanás, la mujer –Antimaría– "con una fuerza diabólica, matará al obispo con sus propias manos, estrangulándolo" y "él irá directamente al infierno".
No especifican las escrituras si el infierno al que se refieren podría tratarse de la nueva condición laboral que adoptará Ginés después de su enlace. El Papa apóstata se dará de alta en el Régimen Especial Trabajadores Autónomos. Pagará mensualmente 267,03 euros mensuales de cuota de cotización para ejercer como gestor para un despacho de abogados de Granada. No tendrá derecho a desempleo, a baja laboral ni a vacaciones remuneradas: el infierno en la tierra.
Ginés ha cambiado las atenciones de sus adeptos, que llegaban a regalarle hasta coches de alta gama, por hacer la colada y ejercer de manitas en su casa. De dormir en amplias dependencias de materiales nobles a disputarse los centímetros de una cama de matrimonio con su esposa. De estar rodeado de castas monjas con velo a compartir lecho con la última portada de la revista Interviú, que agotó su tirada en Granada con el semidesnudo de Nieves. De disfrutar del silencio monasterial a escuchar la música de los Gemeliers que proviene a todo volumen del cuarto de Lili, su hijastra mayor. "Jesús y Daniel [los hermanos Oviedo, componentes del grupo que levanta pasiones entre las adolescentes] me han querido conocer", desvela Ginés. "Se escriben con mi hija por Whatsapp y hemos intercambiado algunos mensajes de voz", apunta al tiempo que enseña la conversación en el teléfono de la joven. Esta es la nueva vida de Ginés Jesús Hernández, Gregorio XVIII, el Papa enamorado. Y es que, lo que no se haga por amor…