Barcelona alucina con las transexuales más bellas del mundo
Un paso en barco turístico despierta la curiosidad y la alegría de los tripulantes de los yates de lujo.
15 septiembre, 2016 02:33Noticias relacionadas
"¡Miss España! ¡Miss España!", grita azorado un turista francés. Es casi mediodía y tres decenas de cuerpos esculturales se retuercen al sol. Bailan, aplauden, cantan y saludan como poseídas por el dios de la alegría. "¡No es Miss España, guapo!", contesta una de las aludidas. Descarada. "¡Esto es Miss Transexual! Yuuuuuuujuuuuu,", gritan todas al unísono. Y la improvisada audiencia enloquece.
Saltan las cámaras, aplauden los recién estrenados fans... "¿Pero son hombres o mujeres?", pregunta insistente uno de los turistas franceses. Le responden escueto y con mofa: "Son transexuales". Los transexual es más bellos el mundo, y una Barcelona alucinada se rinde a sus pies.
La escena sucede en el Puerto de la ciudad condal, minutos antes de que suban a bordo de un barco turístico todas las participantes del certamen que tendrá su desenlace este sábado 17. Ahí están Miss Nigeria, una mulata de casi dos metros con un cuerpo de infarto y una melena a lo Beyoncé. Cerquita se contonea Miss España, una rubia cañón ataviada con un escueto bikini blanco. Saludan a los curiosos, cada vez más numerosos, la exótica Miss EEUU y la casi perfecta Miss Italia.
Aunque para perfección, la de Miss Israel. "Es tan bella, tan natural, tan perfecta", comentan algunas de sus compañeras. Y ella lo sabe. Es una celebridad en su país. De origen árabe cristiano, Miss Israel acaparó portadas internacionales cuando ganó el certamen de belleza de su país. Ahora, meses después, pasea por medio mundo como modelo de pasarela. "Acaba de llegar de la Semana de la Moda de Nueva York", matiza Thara Wells, la organizadora del certamen de Barcelona, "es una modelo muy cotizada".
También la favorita para ganar el concurso que terminará el sábado. Y aunque oficialmente no empieza hasta el viernes, cuando las chicas desfilarán con trajes artísticos -el momento más difícil por la complejidad de los vestidos-, la semana está yendo cargadita de reuniones festivas.
El martes por la noche hubo juerga y este miércoles también. El jueves puede que algunas intenten descansar algo pero nunca se sabe, este momento es muy especial para todas. Se nota en el barco turístico. Hace mala mar y hay más de un tropiezo. A cada ola ellas gritan, enloquecidas, nerviosas. Desfilan en proa, posan para los fotógrafos y bailan la música endemoniada.
Los gritos y los bailes despiertan la curiosidad de todos y hasta animan a los tripulantes de los yates de lujo atracados en la Marina del Port Vell. Los hay que se quitan la camiseta al paso de las chicas y la lanzan al aire con entusiasmo e impotencia. Nadie puede acercarse al barco. Hay mala mar y el capitán se pone chulito. "Sentaos todas, vamos a ¡volaaaaaar!", dice acelerando la nave. Curvas y saltos que marean al personal, incluso a alguno acostumbrado a navegar, y provocan hasta vómitos.
Ellas se ríen de todo, hasta de los mareos, porque es su momento; para llegar hasta aquí algunas han gastado mucha alma por el camino. En Nigeria, por ejemplo, la transexualidad es delito. En Corea del Sur, el país de las familias, no están aceptadas socialmente. En Turquía asesinaron a una lid transexual hace un par de semanas. Otras, en cambio, lo han tenido más fácil. En Suecia el gobierno subvenciona las operaciones de cambio de sexo, obligatorias para lograr una nueva identidad.
Miss Suecia, una preciosa y delicada rubia de piel nívea, sonríe más discreta que el resto. Pero no se engañen, hablan todas como auténticas expertas. Algunas han descubierto Grinder estos días porque en sus países, sobre todo en los latinoamericanos, no existe esta aplicación de ligoteo homosexual.
"Nena, estoy todo el día conectada, esto es lo más, que lástima que no lo tengan en mi país", dice Miss Venezuela. "Eso, eso, guarra, que estás todo el día en Grindr, que te he visto yo", se ríe Miss Argentina. "Será porque tú también estás, ¿no?", responde Venezuela. Y todas se ríen a carcajadas, se chocan las manos y hasta se agarran las nalgas unas a otras.
Compiten entre ellas, que nadie lo dude, pero parece que saben discernir entre concurso y vida. Demasiadas lecciones a cuestas.